¿Qué significa ser ninfómano?

Aunque la palabra ninfómano como tal no existe, hay quien la utiliza para describir la variante masculina de la mujer ninfómana, si bien el término correcto es Satiriasis o Donjuanismo. La ninfomanía es una adicción incontrolada a mantener relaciones sexuales, y como adicción que es, tiene que tratarse. Si crees que puedes tener este problema, lee las preguntas y respuestas a continuación y podrás saber verdaderamente qué significa ser ninfómano.


Estoy siempre pensando en sexo, ¿Soy ninfómano?

No. Pensar en sexo todo el tiempo es más normal de lo que crees en un hombre, no eres ninguna excepción. Los hombres tenemos diez veces más testosterona que las mujeres, y esta es la hormona que determina el deseo sexual, por lo tanto pensar frecuentemente en sexo no puede considerarse una enfermedad.

¿Cuándo puede decirse que un hombre es ninfómano?

Como ya se ha dicho, la ninfomanía implica un deseo incontrolado de tener sexo. Y con incontrolado se quiere indicar que una vez que aparece ese deseo, se lleva a cabo de una manera u otra sin que verdaderamente puedas hacer nada por evitarlo. Lo que ocurre es que en el caso de los hombres, tener sexo no les resulta tan sencillo como a las mujeres, por lo que difícilmente un hombre va a poder llevarlo a cabo con la misma facilidad.

¿La ninfomanía es buena o mala?

Desde el momento en que estamos hablando de una adicción, no puede ser buena. Una adicción es algo que te domina, contra lo que no puedes luchar, y que por tanto te esclaviza. Por mucho que desde fuera se pueda pensar que la ninfomanía es algo divertido, quienes la padecen no lo ven del mismo modo, y entre otros problemas, les genera un gran sentimiento de culpabilidad. Además, este comportamiento termina por interferir en muchas otras cosas de su vida generándoles complicaciones en sus relaciones personales, en el trabajo, etc.

¿Los ninfómanos disfrutan del sexo?

A primera vista se podría pensar que sí, ya que lo buscan continuamente, pero la realidad es la contraria. Precisamente lo buscan una y otra vez porque quieren conseguir una satisfacción que no logran. Es como tener hambre siempre, por mucho que comas. Por lo tanto, el sexo no es una actividad que realicen por placer o convencimiento, sino porque no pueden controlar ese instinto y buscan, sin éxito, aplacar esa insatisfacción.

¿Qué diferencias hay entre ser promiscuo/a y ser ninfómano/a?

La diferencia fundamental se basa en la capacidad de control. Una mujer puede tener un deseo sexual muy acusado, pero no por ello ha de ser ninfómana. Si es capaz de elegir con quien lleva a cabo el acto sexual, en qué circunstancias y en que situaciones, se la podrá considerar promíscua si mantiene una vida sexual muy activa con diferentes compañeros, pero no ninfómana. La ninfómana., sencillamente, es incapaz de resistirse al impulso, es éste el que se apodera de ella, y no a la inversa.

¿Son felices los ninfómanos/as?

Desgraciadamente no lo son. Su problema, lo quieran o no, termina por afectar otras áreas de su vida, como el trabajo o la familia, e incluso sus relaciones amorosas terminan por verse afectadas, ya que, al no tener control sobre su instinto sexual, difícilmente pueden ser fieles aunque amen. Esto les hace sentir culpables y desgraciados, puesto que no logran obtener satisfacción en ninguna de ambas cosas, ni en su vida sexual ni en sus relaciones románticas.

¿Qué debo hacer si creo que soy ninfómano/a?

Si crees que puedes estar padeciendo esta enfermedad tienes que acudir cuanto antes a tu médico para que te derive al especialista adecuado. La ninfomanía no es un problema puntual que desaparezca de un día para otro, y tienes graves implicaciones psicológicas que hay que tratar. Ser ninfómano no es divertido, como tampoco lo es ser drogadicto. Liberarte de tus adicciones debe ser siempre una prioridad, porque este tipo de comportamientos sólo traen problemas.

Como puedes ver, una cosa es estar obsesionado con el sexo y otra muy distinta sufrir esta enfermedad. El deseo sexual, por muy intenso que sea, es normal siempre que no domine tu vida. Así que si piensas demasiado en sexo pero puedes controlarlo, no te preocupes: no eres ninfómano.