Tipos de celos en la pareja

Empecemos por derribar un mito que ha hecho más daño que otra cosa. Si tu pareja te cela, no es que te ame, sino que se siente insegura. Las ideas que se encuentran en algunas novelas rosa (o con cincuenta sombras de gris) son peligrosas si se cree que así funcionan las parejas sanas hoy en día. Porque los celos son mala señal, digan lo que digan las novelas y sean del tipo que sean.

Qué es la envidia

La envidia aparece cuando ves a alguien experimentando algo que tú quisieras experimentar. Deseas que eso te pase a ti, pero esto no tiene por qué terminar en celos. Puede que hagas causa común con esa otra persona, por ejemplo, o darte el impulso que necesitabas para moverte e ir a por lo que deseas lograr.

Qué son los celos

Los celos, por otra parte, conllevan un estado mental regresivo y negativo. Los celos dicen “yo no tengo eso, por lo que tú tampoco deberías tenerlo”. En este caso, el énfasis no está en moverte tú hacia adelante, sino en retrasar a quien ha logrado algo que tú no, como el “balde de cangrejos”.

El origen de los celos

Los celos se originan en la sensación de que, si compartes algo, lo perderás. Es por eso que los celosos enfermizos pretenden que su pareja, por ejemplo, no tenga amigos, no hable con nadie, no trabaje y corte todo lazo con su familia. Denigra a la persona celada a un objeto, y si ese objeto no se “porta bien”, haciendo lo que él quiere, entonces es que no lo quiere y está en contra suya. Esta actitud es nociva y la antesala a la violencia física, si es que ya no se ha presentado. Lo mejor que se puede hacer es alejarse el celoso obsesivo cuanto antes. Muy fácil decirlo.

Toda persona ha sentido celos alguna vez en su vida

Quien diga que nunca los ha sentido, miente o no sabe la definición real del término. De seguro recuerdas una vez en la que sentiste que ibas a perder algo si lo compartías, ya sea un juguete, el amor de tu madre o padre, etc. Sentir celos no es malo: lo que lo hace malo es la forma en que reaccionas ante esta situación. Si te impulsa a avanzar, entonces has decidido transformar los celos en envidia, lo cual es algo muy positivo. Si, en cambio, quieres sabotear a la persona que amenaza eso que tú consideras tuyo, se trata de celos negativos.

Hay dos grandes tipos de celos

Los celos reactivos son aquéllos que se sienten cuando se percibe una amenaza real a la pareja (como cuando hay una infidelidad). Las sospechas son los que se sienten cuando la realidad no concuerda con lo que se percibe (como cuando se confunde camaradería con coqueteo, por ejemplo). Si se trata de un hecho fundado, y no en una amenaza sin fundamento, entonces es momento de sentarse a discutir con la pareja sobre su situación, discutir sobre su presente y qué desean hacer o lograr en el futuro.

Celos infantiles no resueltos

Imaginemos que Juan tiene un hermano, José, que tiene más éxito, gana más dinero, es más querido, o sus logros son mucho más comentados. Si Juan tiene pareja, puede que empiece a ver a su hermano como posible competidor, no sólo por el amor de sus padres (por triste que suene, los padres sí tienen favoritos en los hijos), sino por lo que él cree que es el cariño o amor de su pareja. No importa si José es homosexual, o si no le interesa estar en pareja, los celos de la infancia de Juan afectarán su vida adulta.

Celos por temas laborales

Esta clase de celos se dan cuando uno de los miembros de la pareja comenta lo bien que le va a un colega del trabajo. Ya sea que ve en esa persona un modelo a seguir, o que haya una buena relación laboral entre ellos, su pareja puede sentirse amenazada si no se considera al mismo nivel que ese colega en cuestión. El no hablar de ello sólo hará que sea peor cuando quien cela se entere que le han estado ocultando información.

Celos por situación social

Si se está en una cultura donde la situación social es muy importante, el ver a una pareja, o a una persona soltera, en una situación social superior a la propia puede generar celos de este tipo. Si es una posición que puede alcanzarse con dinero o contactos, puede que sea un impulso para intentar alcanzarlos, pero si se trata de algo que sólo se obtiene con cierto apellido, la lucha será inútil y, en ocasiones, no valdrá la pena.

Celos por dinero

A veces, puede que los celos no sean por el trabajo en sí, sino porque alguien tiene más dinero. Por lo general, esta clase de celos se ve más en hombres, ya que consideran el ganar dinero con la vieja idea del varón-proveedor, aún arraigado en la psique masculina y en la cultura. Si no es él quien trae el pan a la mesa, o la mayor parte del dinero, puede que se sienta disminuido, inseguro y su autoestima baje, lo cual es un caldo de cultivo ideal para los celos.

Celos del otro miembro en la pareja

Hay ocasiones en las cuales uno siente celos del otro en la pareja. Quizás uno ha perdido su trabajo, y al otro le va mejor que nunca. En estos casos, se ha dejado de ver al otro como un apoyo, como un igual, y se le empieza a ver como un competidor. En estos casos, los celos no son del tipo “me quieren quitar a mi pareja” sino “mi pareja me ve como inferior”. Este es el motivo por el cual algunos hombres, con parejas famosas, ricas y exitosas, son infieles.

La mejor manera de combatir los celos

Hasta el día de la fecha, la mejor forma de combatir los celos es mantener una comunicación honesta y abierta. Hablar no sobre los celos, sino sobre el temor a la pérdida que los causa: de esta manera se ataca la raíz del problema en vez de concentrar las energías en un esfuerzo inútil. Puede que sea difícil, porque expone tus vulnerabilidades, pero eso es parte de tener una relación íntima de pareja.

Imagen de Laura Lauman
Autora del artículo