Tipos de miradas que puede tener un chico hacía una chica

De todos es sabido que una mirada puede decir mucho más que palabras. Continuamente estamos analizando miradas de otras personas para tratar de descubrir qué hay detrás de ellas, lo que en ocasiones es sencillo, por lo evidente de las mismas, pero en otras no lo es tanto. En el caso de chicos y chicas, es muy normal utilizar el lenguaje de las miradas para hacerles saber a ellas qué tipos de sentimientos nos inspiran. Siempre se ha dicho que las mujeres tienen un sexto sentido, ¿no? Pues seguro que entonces deberían reconocer lo que hay detrás de cada una de estas miradas.

Mirada de odio: Con los ojos entreabiertos y apretando los labios, la mirada de odio es inconfundible, sobre todo porque suele darse hacia alguien a quien antes has amado con locura. Y es que eso de que hay sólo un paso del amor al odio es totalmente cierto, y es de lo más normal que un chico que ha puesto todo su corazón en amar a una chica termine por odiarla y hacérselo saber con una de estas miradas si ella no ha sabido apreciar sus sentimientos y lo ha herido.

Mirada de asco: Los ojos ligeramente caídos y la elevación del labio superior son las características de este tipo de mirada. Si bien es más frecuente que se produzca de una chica hacia un chico porque son éstos los que suelen llevar la iniciativa, también puede darse a la inversa. Si la gorda con gafotas de tu clase se te insinúa delante de tus amigos, es muy probable que sea esta mirada la que escojas de entre tu repertorio para hacerle saber que no estás interesado en ella.

Mirada de deseo: Esa mirada fija que se clava en los ojos de ella, siempre es reconocida por una chica. A veces a va acompañada de un repaso general por la anatomía femenina que termina por despejar cualquier duda que pudiera haber. Pero cuando una chica recibe este tipo de mirada sabe perfectamente que es la protagonista de los sueños más húmedos de quien se la prodiga.

Mirada de “me gustas pero no me atrevo”: Esta es una especie de mirada furtiva, que sin embargo no evita los ojos de la chica. Más bien es una especie de contacto visual intermitente, en el que cuando ella devuelve la mirada, él la aparta…para volver a fijarla unos segundos después. De esa manera le hace saber que aunque la atracción existe, él no se atreve a dar un paso adelante, y espera una señal clara para hacerlo.

Mirada de juego: Es una variante de la mirada de deseo, en la que ambos saben que no se va a llegar a nada, pero aun así, inician el ritual. Se da a menudo en el metro o en situaciones fugaces. El la mira a ella de forma fija e insistente. Ella se da cuenta y le corresponde. Son extraños y no van a dejar de serlo, pero por unos minutos, ese juego de miradas es como una especie de romance fugaz.

Mirada de desprecio: Puede llegar a confundirse con la mirada de asco, pero sin duda no son lo mismo. Detrás de una mirada de desprecio hay una historia entre dos personas que acabó mal. Una desilusión y una decepción. Eso es lo que motiva que un hombre mire con desprecio a una chica. En algún momento él creyó que ella era algo especial y el tiempo le mostró una realidad muy distinta. Tanto que ahora él es incapaz ni de tenerle el mínimo respeto.

Mirada de amor: De todas las clases de miradas, esta es posiblemente la más reconocible. El chico que se enamora de una chica la mira como si estuviese asistiendo a un milagro. No puede evitar una sonrisa permanente en su cara cuando está frente a ella y sus ojos tienen un brillo especial que salta a la vista. La mirada de amor tiene fecha de caducidad, pues pasado ese periodo en que él la ve a ella como perfecta, la mirada de amor se va diluyendo poco a poco hasta perderse en el olvido…