¿Qué significa tener mucha labia?
El término original en inglés es “sweet-talking”, es decir, el endulzarle la oreja a alguien con palabras. Puede que quienes tengan “labia” arrastren una mala reputación: que son personas haraganas, vanidosas, falsas… pero, en realidad, son listas, que saben cómo usar lo que tienen para obtener lo que desean (sea lo que sea) o, al menos, intentarlo.
Tener labia no es un “don” natural
Hay cosas con las que se nace, y cosas que se deben cultivar. El tener “labia” no es algo escrito en los genes, sino que depende de qué es lo que estimulas cuando creces. Quien dice que nació con ello, miente: puede que tenga vocabulario amplio, un carisma notorio, o se comporte de forma tal que atraiga a mujeres, pero todo eso se aprende.
La labia no tiene un único objetivo, ni una única aplicación
La labia puede usarse en diversas circunstancias, por distintas razones. Si la tienes, puedes animar a un ser querido (hermana, padre, abuela, tío, novia, esposo, hija, amigo, etc.) diciéndole lo mucho que le valores y respetas, sus cualidades positivas y que ese mal momento pasará, sin decírselo de forma directa.
O conquistar a alguien que te atrae en una discoteca. O lograr ese puesto de trabajo que deseas obtener, para el cual tienes todas las calificaciones y planes a futuro, y que tu jefa está evaluando si ascenderte o no. Puede usarse para diversos objetivos, y no hay un único tipo de mujer al cual se le puede aplicar.
Tener labia no es pavonearse
A veces se confunde tener labia con hablar bien de uno mismo y nada más. El comportarse como un pavo real no atrae: la confianza es seductora, pero un ego enorme espanta, en especial cuando es el único tema de conversación que se tiene. Puede que algunas personas estén interesadas en tu departamento, en tu carísimo auto, en si tienes yate o no, pero a otras eso les suena a “mira que alto es mi precio, busco mujer/hombre-trofeo a la altura”.
Tener labia no es ser irritante ni insistente
La labia implica que una persona quiere (o habrá amplias posibilidades que quiera) hablar con quien tiene ese don. Sin embargo, esto no significa que se poseen derechos sobre la persona en cuestión: ante una negativa, se pueden ofrecer opciones, o despedirse con elegancia. Quien tiene “labia” lo acompaña con acciones acordes; si se comporta como un ser inmaduro que aún no ha dejado la secundaria, entonces no tiene tacto para eso.
Tener labia es saber “venderse” (de la buena manera)
Quien tiene “labia” muestra, sin vanidad o pedantería, sus cualidades más positivas a una persona o personas. De una forma similar a como se comportaría en una entrevista de trabajo, o como esos habilidosos vendedores capaces de vender cualquier cosa, intenta demostrar por qué sería buena idea el que la persona en cuestión le preste su atención.
Tener labia es que no haya silencios incómodos
Cuando se ha llegado a los buenos términos con una persona, los silencios serán cómodos. Si se tiene labia, o el arte de la palabra, se puede medir cuándo un silencio es incómodo y cuándo significa conformidad, concordancia y buen ambiente.
Tener labia es usar lo que se tiene con astucia
Para quien tiene labia, los defectos son otra ventaja de la que sacar provecho. Ya sea de baja estatura, con calvicie, sobrepeso, lejos del modelo de belleza… hay personas y personajes que demuestran cómo volver todo eso en una ventaja atractiva. La confianza, el buen humor, la inteligencia, la cultura, la practicidad, los buenos modales, son sólo algunas de las cosas que no desaparecerán con el tiempo, como el pelo o el estómago plano.
Tener labia es escuchar y que te escuchen
La diferencia entre monólogo y diálogo está en las partes que intervienen. En un monólogo, una parte habla y la otra escucha, mientras que en un diálogo, ambas partes colaboran. A una persona no le interesa un discurso elaboradísimo si no puede decir nada. Escucharla y valorar sus aportes es una parte importante de tener labia.
Tener labia es saber improvisar
Relacionado con el punto anterior, el tener todo escrito de antemano no servirá. Tarde o temprano habrá que improvisar, y es aquí donde el ingenio y el tacto brillan. Indica que no es algo que le dices a todo el mundo, sino relacionado con la persona con quien te encuentras. Si haces reír a tu interlocutor/a, o llamas su atención, mejor aún.
Tener labia es usar vocabulario adecuado
Tres palabras clave: contexto, contexto, contexto. Quien tiene labia sabe que el entorno, el contexto, es muy importante a la hora de mostrar sus encantos. No usará nunca el mismo lenguaje en un ámbito laboral que en una fiesta para solos y solas, por ejemplo. Además, tiene un repertorio de palabras decente, y sabe lo que significan.
Tener labia es saber dónde y cómo usarlo
Si es desubicado, no dudará en intentar convencer a su superiora que, si la da el ascenso, tendrá acceso a otros “beneficios”. Si es habilidoso con las palabras, entenderá que no es el momento ni el lenguaje adecuado (relacionado con el punto anterior) y se comportará de forma profesional, sabiendo cómo venderse, pero de la forma adecuada.