Manual para el primer encuentro con los suegros

Uno de los indicativos más aceptados de que un noviazgo “se está tornando serio” es cuando llega el momento de conocer a los futuros suegros. No importa que aún no haya planes de boda por delante: el hecho de encontrarte con los padres de tu pareja siempre implica el reconocimiento de que la relación se ha fortalecido y de que ambos están listos para reconocerlo socialmente. Y probablemente más por esto que por otra cosa, el primer encuentro con los suegros suele ser causa de bastante ansiedad. Pero no hay que apresurarse: lo más probable es que todo salga bien y que podamos entablar con nuestros suegros un vínculo, sino amistoso, al menos respetuoso y cordial. Para ello, basta con seguir algunos consejos:

Pide ayuda a tu pareja

Coméntale que te sientes algo abrumad@ y que te gustaría causar una buena impresión a sus padres. Pídele consejos, como por ejemplo temas de conversación que podrías introducir (¿A su padre le gusta ir de pesca? ¿Su madre se jubiló de contadora?). Seguramente, estando al tanto de tus temores, tu pareja no dude en hacer todo lo posible para hacer sentir más cómodos a todos durante el encuentro.

Vístete para la ocasión

Sin necesidad de ir de gala, es necesario que conserves ciertas reglas a la hora de elegir tu atuendo para el primer encuentro con los suegros. Para ellos, una camisa es siempre preferible a una camiseta, y los zapatos a las zapatillas deportivas. Para ellas, no hace falta que te cubras de la cabeza a los pies, siempre y cuando se eviten las faldas cortas y los escotes pronunciados.

¿Qué conduces?

Si conduces un automóvil y está limpio y en buen estado, no hay problema en que vayas al encuentro conduciendo (siempre a la velocidad adecuada y usando el cinturón de seguridad, ya que tu suegro podría estar viéndote llegar desde la ventana). En cambio, si lo tuyo son las motocicletas, para un primer encuentro es mejor dejarla en tu casa.

Lleva un obsequio

Si te han invitado a casa de tus suegros, no cometas el error de caer con las manos vacías. Un ramo de flores para tu suegra, una buena botella de vino, unos dulces para servir con el café… cualquier obsequio de este estilo te garantizará algunos puntos extra por buena educación y cortesía.

Procura causar una buena primera impresión, pero no finjas ser quien no eres

Se calcula que lleva alrededor de cinco minutos de conversación con alguien para forjarnos una primera impresión acerca de su personalidad. Y después, dichas primeras impresiones resultan muy difíciles de revertir (ya que somos prejuiciosos por naturaleza). Por eso, el momento de la presentación con tus suegros debes mostrarte sumamente educado y sonreír con cordialidad. No intentes apabullarlos con tus chistes, ni bromear acerca de lo incómodo de la situación. Si te sientes apabullad@, limítate a las frases corteses de rigor (“mucho gusto”, “muchas gracias por la invitación”, “su casa es encantadora”, etc.). Tampoco debes fingir una simpatía natural si eres naturalmente una persona tímida. Responde con una sonrisa lo que se te pregunte y espera que de a poco la conversación fluya.

Cosas de las que no hay que hablar

Hay cosas de las que no se habla con los suegros, y también hay temas que deberías dejar para más adelante. Por supuesto, política y religión son dos temas prohibidos para un primer encuentro, y dependiendo del entusiasmo de tu suegro sobre el tema, no deberías hacer bromas sobre el mal desempeño de su equipo deportivo predilecto. Pero tampoco debes dar detalles acerca de la relación que tienes con su hij@ -ni se te ocurra decir con qué líneas lograste conseguir una primera cita, por ejemplo. Si hablas de tu pareja, que sea solamente para elogiarla, y siempre con el mayor de los respetos. Puede que sea la persona con la que duermes, pero para tus suegros siempre será su adorable bebé.