¿De dónde viene la expresión “poner los cuernos”?

Es bien conocido lo que significa la frase “poner los cuernos”, y en algunos países hay más de una expresión para ello. De dónde proviene, ya es otra historia: hay muchas versiones, y puede que no haya acuerdo. Además, cada persona tiene distintas definiciones de lo que es, y no es, “poner los cuernos”.

Origen en la mitología

En la mitología griega, Minos recibió un toro divino que debía ofrendar a los dioses. Pero el toro le gustó tanto que sacrificó otro, y los dioses lo castigaron haciendo que su esposa se enamorase del toro. De ese amor nació el Minotauro, lo que vuelve a los cuernos un símbolo de traición conyugal. Además, el dios Pan, un fauno (con cuernos) era conocido por ir tras las ninfas del bosque, debido a su lujuria.

Origen en la historia

En épocas pasadas, cuando un monarca ejercía el derecho de pernada, colocaba un par de cuernos en la puerta, para que nadie les interrumpiese. En algunas culturas, cuando algún miembro de la familia cometía un pecado grave, se colocaba sobre su casa un par de cuernos de algún animal, representando que el pecado (el Diablo) había entrado en la casa. Era tan grave que, si algún habitante de la casa los retiraba, podían recibir castigos muy severos.

Qué es

Según el diccionario, el ser infiel, o “ponerle los cuernos” a tu pareja, significa que has roto el pacto de la monogamia. Por regla general, esto significa el haber mantenido relaciones sexuales con otra persona, haya o no sentimientos de por medio. Sea como sea, se trata de una traición a la confianza, y una falta de respeto, hacia la pareja.

Qué no es

Algunas personas consideran infidelidad el tener sentimientos por otra persona, haya o no relación entre ellos (sexual o sentimental). Con las nuevas tecnologías, se cuestiona si el tener una relación a distancia, teniendo ya pareja, es infidelidad. Algunos hombres consideran que no es infidelidad si su pareja (mujer) tiene sexo con otra mujer. Dependiendo de la pareja, hay cosas que se consideran o no infidelidad, en especial en las liberales o abiertas. Por más que la sociedad diga una cosa, es la pareja, las dos personas involucradas, quienes definen qué no es una infidelidad.

¿Por qué se “ponen los cuernos”?

Hay muchos motivos por los que una persona le es infiel a su pareja, pero pueden resumirse en uno solo: no sienten que reciben lo que merecen del otro. Primeros en la lista están la falta de contención emocional, la desigualdad (en especial, económica, y si quien trae el dinero a casa es la mujer), el no sentir satisfacción sexual (por frecuencia o por probar “algo nuevo”) y la venganza.

Cada sexo es infiel por distintos motivos

Una mujer será infiel por distintos motivos que un hombre. Ellas lo hacen cuando se sienten descuidadas, o no apreciadas, en especial en el aspecto emocional, cuando se sienten más “necesitadas” (tareas domésticas, cuidado de los hijos, trabajo, etc.) que “queridas”. Ellos también son infieles por falta de contención emocional, pero también lo hacen porque no tienen tanto sexo como quisieran, o de la forma que quisieran, porque su mujer trae el dinero a casa, por ser inmaduros, por tener expectativas desmedidas o desean romper la relación.

Si se es infiel, no se ama a la pareja

Alguien que es infiel, sin importar sus motivos, le ha faltado el respeto a su pareja. Si lo que desea es estar con otra persona, primero debe terminar con una relación para empezar otra, no tener dos para ver cuál le conviene más. Si amas a alguien, entonces le respetas, no le denigras. Y el cometer una infidelidad es una falta de respeto, por lo que, si eres infiel, no amas a tu pareja.

Algunas parejas lo superan, otras no

Cada pareja afronta la infidelidad de distintas formas. Hay parejas que se han separado cuando la infidelidad sale a la luz, mientras que otras intentaron seguir adelante. Ha habido asesinatos y venganzas por infidelidades, así como también matrimonios que superaron el asunto y vivieron sin incidentes similares por el resto de sus vidas. Todo depende de cuál es la situación, qué desea cada uno de los miembros de la pareja, y si se trata de un suceso aislado o de uno que ya se ha repetido con anterioridad.

Imagen de Laura Lauman
Autora del artículo