Qué significa ser una persona fogosa
Puede que encuentres la respuesta simplemente al ver una propaganda de chicles para niños, donde un par de chicas jóvenes con curvas abundantes en minúsculos bikinis fingirán estar muy complacidas por el chicle en cuestión. Para una definición más cercana a la vida real, sigue leyendo.
Significa ser hipersexual
Hay personas a las que no les interesa el sexo en lo más mínimo, y si no fuera porque es necesario (o lo era hasta hace unos años) para reproducir la especie, no les importaría que desapareciese. Una persona fogosa, en cambio, se siente muy feliz con el sexo, y lo disfruta, quizás en dosis más altas de lo que se consideraría “normal”. Sea con otra persona o en solitario.
No significa adicción al sexo
La fogosidad implica un disfrute sano de la propia sexualidad. Esto incluye el sexo seguro y consensual, en donde todas las partes disfrutan del sexo, aunque tengan distintos roles. En cambio, la adicción al sexo es una conducta compulsiva, usualmente masculina, en la que el descontrol es común, y la satisfacción es efímera. Luego de la relación sexual, sienten culpa y sólo dejan de sentirla en la siguiente experiencia sexual. Sus cambios de ánimo son frecuentes, y puede afectar su trabajo, vida diaria y afectos.
Significa ser muy vivaracha y animada
El término también puede referirse a aspectos no sexuales de una persona. Por ejemplo, se relaciona al fuego con algo que anima o ilumina, y a una persona fogosa con esa que te anima a hacer algo, aunque el entusiasmo te dure poco (“como fogata de paja”).
A veces se puede notar en público
No, no me refiero a la pareja que pillaron teniendo relaciones sexuales en un lugar público. Me refiero a elementos que pueden poner en evidencia que una persona es fogosa. No por nada se dice que un hombre que sabe bailar en público sabe cómo hacer el amor con una mujer (o “bailar en privado”). También se ha descubierto que las mujeres que tienen orgasmos frecuentes mueven las caderas de forma distinta que aquéllas que no los tienen, o no los disfrutan.
Puede variar de persona a persona
También entra en juego la imaginación y las preferencias de quien mira. Puede que les resulte sexy el que fume, el uso de determinada ropa, la confianza, que hable algún idioma, el que tenga curvas o un corte de pelo, que sepa de ciertos temas no relacionados con lo sexual, etc.
Incluye la comodidad con el propio cuerpo
No importa cuánto encaje tu cuerpo con el modelo de belleza actual (que es inalcanzable a menos que dejes tu salud y cordura en el camino), si sientes comodidad en tu propia piel, se nota. Una persona fogosa sabe cómo es su cuerpo, y qué puede hacer con él: en vez de intentar alcanzar imposibles, se concentra en sus puntos fuertes. La confianza y seguridad son sexy.
Algunas personas se “ven” más fogosas que otras
Los primeros estereotipos que se te vendrán a la cabeza de seguro incluirán a hombres de color, o negros, como prefieras. Las personas francesas, sean hombres o mujeres, las lesbianas “sexy” a ojos de varones heterosexuales, son personas que se perciben como “más fogosas” que otras, haya fundamento para eso o no.
Implica no “decir todo”
Parte de ser una persona fogosa es el misterio, el dejar que tu interlocutor deje volar su imaginación. Si bien hay quienes prefieren la sutileza de una geisha, otras van a por la seducción directa y hasta agresiva. Así y todo, en ninguno de los casos se dice algo de forma explícita, ni se dice “todo”. Gran parte de la seducción sucede en la cabeza de quien quieres seducir.
Es injustamente distinto para hombres y mujeres
Lo ideal sería que cada quien haga lo que quiera, siempre y cuando no rompa la ley o afecte de forma negativa a otras personas. La realidad es que el mundo es misógino, y pocas cosas le molestan más que una mujer libre, en especial respecto a su sexualidad, su tiempo o su dinero. Si un hombre es fogoso se lo ensalza y se lo llama “ganador”, pero si una mujer disfruta de su sexualidad y no se avergüenza de su placer, se la llama “puta”.