Técnicas para dejar de pensar en alguien
Es como el cuento del sultán al que le dijeron que, para convertir el hierro en oro, no debía pensar en un camello (y que, por lo tanto, nunca pudo hacer oro). Pero vamos a lo más cercano en el terreno de las posibilidades. Porque quieres dejar de pensar en una persona, por los motivos que sean. Comencemos.
Piensa por qué no puedes sacarle de tu cabeza
¿Te hizo algo que arruinó tu carrera, y rumias tu venganza? ¿Es la persona que pensaste que sería el amor de tu vida, solo que no lo ve? ¿Es como tú quisieras ser? ¿Tiene todo lo que tú querrías tener? Una vez identifiques esto, el camino se hará más fácil.
Descubre qué quieres que suceda con esa persona
Toda gran persona se inspiró en otras, que en su tiempo le parecieron inalcanzables. Puede que el objeto de tus afectos no sea tan genial como crees (y menos si está en una relación), o no quiera lo mismo que tú. Quizás no “te” ganó el certamen, sino que hizo algo que al jurado le agradó más.
Observa si hay alguna posibilidad que pase
En algunos casos, una mala persona encuentra un mal final, aunque hay otras demasiado astutas como para esquivarlo. Si ya está en un matrimonio y con hijos, y tú le querías para ti y no tener prole… bueno, ya no se puede. Ese concurso que te gano, ¿se hace con regularidad? ¿Puedes competir de nuevo, o en otro similar?
Analiza las consecuencias
Todo el mundo pensó, al menos una vez en su vida, algo similar a “esto lo arreglo yo con un par de balazos”. También fantaseó con encontrar el amor de su vida en el primer intento, rodeados de nubes rosa, o su trabajo ideal, o el vengarse. El problema es que, para llegar a eso, deberás hacer cosas que tendrán consecuencias a corto, mediano y largo plazo. ¿Vale la pena?
No esperes sin hacer nada
Incluso si sigues el refrán que todo pasa, esto puede necesitar algo de esfuerzo extra. Una mente sin nada que hacer es una mente que va a los temas más fáciles, entre los que estarán esta persona. Ocúpate en estudiar, en aprender, en hacer todo eso que dijiste que harías cuando tuvieras tiempo. Ahora lo tienes.
Si estás por hacer algo impulsivo, espera noventa segundos
Este es el período de tiempo en el que una emoción llegará a su pico y volverá a descender, en la mayoría de los casos. Luego, piensa de nuevo en esa persona, y en la situación en cuestión que te hizo sentir así, relacionada con él o ella. Tendrás la mente algo más despejada que antes.
No les acoses, en línea o en la vida real
Es muy tentador el “pasarse” por su perfil de alguna red social, que no esté configurado como privado. No lo hagas, y menos que menos con un perfil falso. Nunca podrás superar a esa persona si estás al tanto de si vida diaria.
Busca un cierre
Si lo que deseases dejarle atrás, intenta tomar acciones para cerrar esa etapa de tu vida. No le ignores ni intentes evitar pensar en esa persona: permítete un par de días de duelo, y luego ve qué puedes hacer para que quede claro que es agua pasada en tu existencia.
Lidia con problemas más grandes primero
A veces, el obsesionarse por alguien puede venir de no querer enfrentar ciertas situaciones. Quizás lo hayas pasado por alto, intencionalmente, y te quieras convencer que no, que no es tu caso y que no tienes problemas, pero no desaparecerá. Y, aunque logres lo que desees de esa persona, el problema no va a desaparecer.
Concéntrate en tu futuro
Esa persona puede haber sido (o querrías que fuera) parte de tu vida, pero no es toda tu vida. Hay cosas que debes hacer, cosas que quieres hacer, que no harás porque esa persona es en lo único en lo que piensas. Si quieres que te quiera, mejórate. Si quieres devolverle lo que te hizo, mejórate. Si quieres ser mejor para que te note, mejórate. Lo demás vendrá luego.
Recuerda que todo pasará
Pero no esperes que pase y listo, haz cosas para que pase el tiempo. No hay atajos ni trucos: el dejar de pensar en alguien requiere paciencia y trabajo. Puede que eso que quieras no pase hoy ni mañana, pero algún día pasará.