Me quiero separar, cosas a valorar antes de dar el paso
Pueden ser los niños, factores económicos o un montón de recuerdos en común lo que aún te mantiene con tu pareja. Pero sabes que las cosas no van bien, y la idea de separarte te ronda la cabeza hace ya un tiempo. ¿Cómo saber si es la mejor decisión? Tan malo es romper con todo sin valorar el impacto que esa decisión tendrá en tu vida como aguantar en una relación que está definitivamente muerta. De manera que, si crees que ha llegado el momento de hacer algo al respecto, presta atención a todas las cosas que debes tener en consideración antes de dar un paso tan importante.
Debes tener absolutamente clara la razón por la que quieres separarte
¿Te has enamorado de otra persona? ¿No aguantas más las peleas en casa? ¿La rutina te resulta insoportable y crees que tu relación está acabada? Detectar la verdadera razón por la que quieres separarte es el primer paso para saber si la decisión es fruto de un análisis riguroso, o puede que estés cometiendo un error.
En el caso de terceras personas, no es fácil discernir si verdaderamente estás enamorado. Piénsalo con frialdad. Tu pareja significa estabilidad, lo conocido. Tu amante, la aventura. Pero, ¿y cuando tu amante deje de serlo para ser tu nueva pareja? Ese efecto de la novedad y lo prohibido terminará, y entonces sólo te queda la persona. ¿Hasta qué punto sabes si es una buena pareja o no?
Plantéate si de verdad habéis hecho todo lo posible para solucionar los problemas
Es lo más sencillo. Echarle la culpa al otro. Pero los problemas de una pareja nunca son en su totalidad responsabilidad de una de las partes, siempre hay aspectos en los que tú puedes hacer que las cosas cambien modificando algunos de tus comportamientos. ¿Lo has intentado?
Otra de las soluciones que toda pareja debe plantearse antes de dar un paso definitivo como la separación es acudir a terapia de pareja. Es muy difícil que ambos miembros puedan tomar distancia respecto a sus emociones, así que la intervención de un mediador que les oriente y les haga ver dónde están las áreas problemáticas de su relación, puede ser una manera de que, aquello que parecía terminado, recobre vida.
¿Tenéis los mismos objetivos en la vida?
Un gran número de parejas inician su relación durante la juventud, cuando aún no tienen muy definidos sus objetivos vitales. A ello hay que sumarle la natural evolución que todas las personas experimentamos con el paso de los años, y como consecuencia de ambos factores, es muy posible que, en un momento dado, dos personas que llevan conviviendo juntas mucho tiempo, tomen conciencia de que quieren seguir caminos distintos.
Pero si ambos miembros de la pareja continúan teniendo un proyecto de vida similar, y sus deseos no son tan diferentes, merece la pena luchar por salvar la relación. Pregúntate si de verdad es tan distinto el futuro que los dos queréis antes de tomar una decisión definitiva
No tomes una decisión basándote en la frustración o la rabia
La convivencia ocasiona un desgaste que poco a poco va minando la pasión. De manera que un día te descubres dándote un piquito con tu pareja, igual que hacían tus padres, y algo reacciona dentro de ti, diciéndote que eso no era lo que tú querías.
También las decepciones continuadas, pueden llevar a tomar una decisión radical fruto del impulso que nace como resultado de esa experiencia. Pero en ese estado mental, es muy difícil acertar. Incluso si sigues con la idea de separarte unos días después, date un margen de tiempo más amplio para que puedas estudiar con tranquilidad cuáles serán las consecuencias de poner fin a tu relación de pareja.
Crees que ya no amas a tu pareja. Pero, ¿Y si cambia lo que no te gusta de ella?
Todos tenemos defectos, el problema es que, al principio, los defectos del otro nos parecen insignificantes, mientras con el paso del tiempo van ganando en importancia. Esto significa que lo que antes podía suponer una pequeña molestia, termina en ocasiones por convertirse en algo absolutamente insoportable.
De ahí que haya quien quiera separarse alegando que no aguanta determinadas actitudes de su pareja, y que, por culpa de éstas, el amor ha terminado por desaparecer. Una afirmación un tanto arriesgada, porque, ¿Qué ocurriría si ese comportamiento que tanto te irrita cesara de repente? Lo normal es que los aspectos que te gustaban de tu pareja sigan ahí presentes, lo único que ocurre es que tu foco está centrado en aquello que te resulta tan molesto. Así que no te apresures a sacar conclusiones precipitadas. Puede que verdaderamente hayas dejado de amar a tu pareja…o puede que no. Merece la pena que te tomes un tiempo para averiguarlo.
Si tenéis niños, piensa bien cuáles son las consecuencias para ellos
Los niños son los principales perjudicados en una separación. Para vosotros será duro, pero a fin de cuentas es una decisión propia, pero ellos se encuentran, de la noche a la mañana, con su familia fragmentada y sin entender muy bien la razón.
Y lo que les espera en los próximos años no es mucho mejor: navidades en casas distintas, tener que aceptar a las nuevas personas que entran en vuestras vidas…los hijos pagan un alto precio por algo de lo que no son responsables.
¿Es la situación tan insostenible que permanecer juntos les hará más daño que la separación? Esa debería ser la pregunta clave cuando en la pareja hay niños. Si la convivencia en casa es tan tensa que están sufriendo un daño psicológico grave, entonces la separación es la mejor de las soluciones.
Pero si no es el caso, y simplemente hay una crisis de amor entre vosotros, no tires la toalla tan fácilmente. Donde hubo fuego siempre quedan brasas, y con algo de vuestra parte y ayuda profesional, quizás podéis ahorrar el mal trago a vuestros hijos y recuperar parte de lo que teníais al principio.