Recomendaciones para mentir sin que te pillen
Mentir puede hacerlo cualquiera, pero otra cosa es conseguir que no te pillen. La mentira puede serte útil en ocasiones, pero también tiene su lado negativo, y es que si te descubren tu credibilidad queda comprometida desde ese momento. Por eso es importante que, si vas a mentir sobre algo, te hayas preparado bien. Sostener de forma creíble una mentira no es tarea fácil así que presta atención a estas recomendaciones si quieres aprender cómo mentir sin que te pillen.
Utiliza detalles
Una mentira no tarda en ser detectada si es demasiado genérica. Para hacer que tu historia sea creíble hay que dar cuantos más detalles, mejor, y además tratar de que esos detalles puedan ser verificables. Eso conlleva un trabajo de planificación importante, pero que ofrece los mejores resultados. Basta con que alguien cuestione tu credibilidad para que dichos detalles jueguen a tu favor. Por ejemplo, si vas a contar que estuviste en el cine tienes que saber a qué horas son las sesiones y decir en cuál de ellas estuviste. Improvisar puede tener efectos catastróficos.
Consigue que otros que estén al tanto te respalden
Cuantas más personas haya involucradas en una mentira más posibilidades hay de que se produzcan contradicciones. Pero a veces contar con el apoyo de algún amigo que apoye tu versión en datos simples, como el lugar en el que estabas a determinada hora, puede ayudarte a salirte con la tuya. Así que, si tienes pensado contar una trola, puede ser una buena idea liar a alguno de tus colegas para que confirme una pequeña parte de la historia.
Practica tanto como puedas
Si siempre dices la verdad te va a resultar muy difícil ser creíble defendiendo una mentira sencillamente porque te falta práctica y los nervios te traicionarán. De la práctica nace la excelencia, así que cuanto más mientas, mejor terminarás por hacerlo. Eso no quiere decir que tengas que mentir a tus amigos o familia o que tengas que estar inventando historias cada día. Pero hay infinidad de situaciones en que mentir no tiene mayor trascendencia y puede servirte como práctica. Si acabas de conocer a una chica y te pregunta a qué te dedicas, invéntate cualquier cosa. A fin de cuentas, si te pilla siempre puedes decirle que estabas de broma.
Mezcla verdades y mentiras
Es mucho más difícil sostener un relato lleno de hechos inventados que uno en el que la verdad y la mentira se entremezclen. Al incluir hechos ciertos en tu historia ganas credibilidad cada vez que uno de ellos se comprueba como tal, dejando las partes inventadas como, únicamente, no susceptibles de ser contrastadas. De hecho los mejores mentirosos suelen emplear esta estrategia, ya que sirve, cuando menos, para crear cierta duda en quienes te acusan de no estar contando la verdad
Convéncete de tus propias mentiras
No hay nada más convincente que una persona que cree firmemente en aquello que dice. Por eso si has decidido contar una historia que no es cierta, la mejor forma de que sea creíble es que tú mismo, a base de repetírtela, te la acabes por creer. Revívela una y otra vez en tu cabeza con todo detalle, recrea situaciones que estés narrando para tener una imagen más vívida de la situación inventada, y racionaliza, es decir, trata de justificar con cualquier excusa el hecho de contar esa versión. Así lograrás hacerlo sin titubeos como si hubiera ocurrido en la vida real y resultarás más convincente.
Trata de mentir a personas con las que no tienes mucho trato
Si por alguna razón mentir se ha convertido en una afición para ti, mejor que la practiques con personas que no te conocen demasiado. Tu círculo más cercano conoce cómo son tus reacciones normales y tiene mucho más fácil detectar una mentira, porque si actúas de forma distinta a la habitual, inmediatamente notarán algo extraño. Sin embargo, al mentir a personas que no saben nada de ti, incrementas la posibilidad de que tu mentira tenga éxito, ya que estas personas no tienen ninguna referencia previa para saber si tu comportamiento es normal o fingido.
Actúa con naturalidad
Para ser sinceros esto es algo más fácil de decir que de hacer, sobre todo si no tienes práctica mintiendo. Pero ponerse a la defensiva o esquivar el tema suelen ser señales claras de que puedes estar ocultando algo, así que mejor, habla tu de él – lo que reducirá las sospechas sobre ti- y trata de actuar como si verdaderamente no tuvieses nada que ver. Eso sí, cuidado con sobreactuar. Hay veces que pretendiendo ser naturales, lo que resultamos es artificiales en exceso.
¿Y tú? ¿Crees que sabes mentir? ¿O siempre que dices alguna mentira terminan por pillarte?