Frases para romper el hielo con alguien que te gusta

Iniciar una conversación con una chica o un chico que te guste no es fácil. Sabes que la otra persona va a examinarte por unos segundos tratando de adivinar tus intenciones y a nadie le gusta sentirse bajo la lupa. La mejor forma, por tanto, para minimizar esa tensión, es un acercamiento que resulte natural o divertido y que permita que la conversación fluya de inmediato con normalidad, lo que familiarmente se conoce como “romper el hielo”. Si no tienes mucha práctica aquí te sugerimos algunas frases para romperlo.

¿Nos conocemos?”

Por supuesto, ya sabemos que no es la frase más original del mundo. Pero eso no quiere decir que no pueda ser eficaz. En realidad, la clave está en todo lo que añadas después, porque si te quedas en el “¿Nos conocemos?” a secas, se va a notar mucho de qué palo vas. Pero si tienes algo de información sobre esa persona – lo cual hoy en día es muy sencillo gracias a las redes sociales-, puedes incorporar detalles que hagan que verdaderamente dude de si os habéis visto en alguna parte anteriormente.

“Me suenas de verte en la Biblioteca” “¿No nos hemos visto en la fiesta de la Universidad de este Sábado?”

Aunque no hayas pisado una biblioteca en tu vida, o el Sábado estuvieras en casa, durmiendo porque no tenías plan, él o ella no tienen forma de saberlo. Pensarán que es posible que digas la verdad y por no parecer desagradables se prestarán a conversar.

Tú eres amiga/o de…”

Si alguien te gusta es seguro que te habrás interesado por su vida. Habrás preguntado, habrás observado, o incluso habrás espiado, por lo que casi seguro debes saber algo sobre sus amistades. Pero lo bueno de esta frase es que ni siquiera necesitas saber quiénes son sus amigos realmente para propiciar un acercamiento. Puedes utilizar uno de los tuyos o incluso uno inventado. “Tú eres amiga de Laura, ¿verdad? ¿Qué no conoces a ninguna Laura? ¡Vaya, pues yo conozco a una chica que se llama Laura que tiene una amiga clavadita a ti! ¡Hubiera jurado que eras ella”

Como ves es muy eficaz para un primer acercamiento que permita romper el hielo, pero necesitas tener preparada una segunda parte para encadenar esta primera frase con una conversación, o de lo contrario corres el riesgo de que se de media vuelta y se vaya. Y si no la tienes, al menos emplea tu más encantadora sonrisa. Igual, con un poco de suerte, es suficiente y logras que ella misma sea la que te dé pie a continuar.

Lástima que no tengamos ningún amigo en común que nos pueda presentar”

Esta es sólo para amantes de las emociones fuertes, porque corres el riesgo de que él o ella te respondan, “Sí, es una lástima” y se den media vuelta dejándote con cara de idiota.

Pero si te atreves a arriesgarte, quizás te salga bien. La valentía está muy bien considerada en un acercamiento, así que, aunque sólo sea porque le has echado un par, igual tienes suerte y te dice su nombre…

Necesito la opinión de un/a hombre/mujer, sobre algo que me acaba de suceder con un amigo…”

Esta frase es perfecta porque te proporciona una justificación ante la que nadie puede poner pegas. Sabido es que los hombres y las mujeres piensan y ven la vida de modos muy distintos, así que, solicitar la opinión de alguien del sexo opuesto es algo que en principio no delata tus intenciones.

Eso sí, más vale que la historia que tengas preparada sea mínimamente coherente, porque si le cuentas una milonga seguramente se dará cuenta de inmediato de lo que pretendes. Algo que no necesariamente tiene por qué ser negativo: si se da cuenta de que todo es una burda excusa para trabar conversación y, aun así, sigue dándote palique, quiere decir que tienes posibilidades.

¿Sabes dónde hay una buena cafetería por aquí cerca?”

El rollo de “soy nuevo en la ciudad” siempre da resultado, así que pregúntale por un sitio cercano donde poder tomar un buen café. Intercambia un par de opiniones acerca del tipo de café que te gusta, si el café amargo, el capuchino o el café irlandés y probablemente él o ella te dirá también sus preferencias al respecto. Agarra esa oportunidad como si te fuera la vida en ello, porque ese es el hilo del que habrás de tirar. “Oye, ¿ y qué tal si te vienes conmigo y te invito a uno?

¿Puedo hacerme una foto contigo para enviársela a una amiga?”

Aquí juegas con su ego, lo cual, de inicio, ya te proporciona una ventaja. Nadie pide fotografiarse con una persona que le resulte poco atractiva -a no ser que sea un famoso-, de manera que al pedirle fotografiarte con él/ella, le estás diciendo de forma sutil que físicamente esa persona te resulta atractiva.

Además, lo de enviarle la foto a una amiga da para inventarte una buena historia: que si quieres poner celosa a una ex, que si esa chica te tiene envidia porque siempre sales con chicos más guapos que ella…Lo que le cuentes es lo de menos, lo importante es que picarás su curiosidad y querrá saber por qué motivo quieres enviar esa foto a tu amiga. Suficiente para entablar una conversación.

¿Te gustan los cumplidos sinceros? Genial, a mí también, empieza tú.”

En este caso son dos frases, una pregunta de introducción, y la frase ingeniosa que le da sentido. Entre ambos, se supone que debe haber un “sí”, por parte de él o ella, lo cual, en cierto modo, tiene su riesgo, porque ya se sabe que los planes pocas veces salen como uno espera.

Pero si tienes la suerte de que responda afirmativamente, la segunda frase le sacará una sonrisa. ¿Y quien sabe? ¡A lo mejor te suelta todo un piropazo!

Lo siento, era por romper el hielo”

Si eres un poco payaso ésta puede ser tu frase ideal, aunque claro, hay que saber que viene acompañada de un truco previo que es el que hace que resulte tan eficaz. Pídete un refresco, un cubata, o cualquier bebida que se sirva con hielo. Acércate, y cuando llegues a su lado, introduce la mano en el vaso, toma uno de los cubitos y lánzalo con fuerza contra el suelo.

Su primera reacción probablemente sea de sorpresa o susto, pero cuando inmediatamente te dirijas a ella con la frase “Lo siento, era por romper el hielo. Mi nombre es…” todo cobrará sentido y muy probablemente conseguirás unas buenas risas por su parte, que es el mejor comienzo que puedes imaginar para un acercamiento en frío.