Cómo evitar las relaciones tóxicas
Las personas tóxicas son aquéllas que, cuando se acercan a tu vida, la hacen menos agradable. Vienen en todos los colores, tamaños y sexos, están en todas las clases sociales y, a veces, puede que sean esa persona con la que tienes una relación. O con quien desearías tenerla.
Ya sea una relación laboral, amorosa, de amistad o lo que sea, esta clase de personas terminan siendo mucho más dañinas que otra cosa. Por lo general, una vez que sales de una de esas relaciones notas cuánto has invertido en ella, lo mucho que te ha dañado y lo poco que valía la pena.
Identificando a la persona tóxica
Hay muchas variantes de personas tóxicas: gente envidiosa, chismosa, mete-culpas, descalificadora, agresiva de forma física o verbal, personas falsas, psicópatas, mediocres, neuróticas, manipuladoras, quejosas, orgullosas, autoritarias… Ya debes estar recordando algunas de ellas.
Una persona tóxica presenta varias de las siguientes características:
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Luego de estar con ella, sientes que no tienes energía.
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Vacía tu vida de felicidad.
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Detesta el optimismo y se dice realista.
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Considera que sus experiencias son válidas para todos, y que son las únicas que cuentan.
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Miente.
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Puede absorber la energía de una sala, y la de todas las personas dentro, sólo con entrar y estar unos minutos dentro.
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Siempre es la víctima.
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Habla mucho y escucha poco.
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Te hacen sentir mal si no haces lo que te dicen que hagas, ya que son muy buenos manipulando a otras personas.
Cómo neutralizarles
Si puedes, corta lazos con esa persona antes que sea tarde.
Algunas personas tóxicas no saben que lo son, o no quieren aceptarlo, y no comprenden por qué el mundo no gira alrededor de ellos. Diles que no quieres saber más de ellos, que tienes una vida y que no estás para resolver sus problemas. Olvida el mito de que salvarás a esa persona de sus demonios; si ella o él no quieren cambiar, no lo harán. Sigue con tu vida y no mires atrás.
Si no puedes cortar lazos, pon distancia.
No distancia física, aunque eso ayuda, sino distancia emocional y de la relación que ya tienen. Sentirás culpa, pero eso será por un tiempo. Bastante de tu vida le has dado, y saben cómo manipularte para que estés a su servicio. Haz lo siguiente:
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Ponles límites. Diles “tengo cinco minutos”, y dale sólo cinco.
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Infórmales que tienes otras cosas que hacer, y que no tienes tiempo para atenderles.
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Mantén por escrito todo lo que se ha decidido, y si tienes una idea, envíasela a tus superiores varios días antes de comentarle la idea, o a todo el grupo de trabajo.
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Sé una persona amable y honesta.
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No le confíes tus confesiones: tarde o temprano las usará para su provecho y tu prejuicio.
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Evita ser un hombro en el que llorar.
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Si están en una relación laboral, pide ayuda a recursos humanos. Si la situación es grave y rompe las leyes, busca ayuda, tanto de compañeros de trabajo como legal y profesional. Si hay denuncias previas, podrías terminar con su reinado del terror.
Cuando vean que no saltas a ayudarles cuando te cuentan sus problemas o mencionen que quieren que hagas algo, al principio sentirán confusión, y luego, intentarán atacarte. Es lo normal. En todos los casos, intentarán meterte culpa o miedo.
Sé firme. Actúan así porque ven que les has descubierto el juego, y saben que tarde o temprano no te tendrán bajo su control. Tu libertad y bienestar, físico y mental, lo valen. Cuando noten que ya no estás en su poder, te dejarán en paz y saltarán hacia otra víctima que se resista menos.
¿Qué hace que nos involucremos con personas tóxicas?
Una persona tóxica sabe bien que hay quienes caerán con mayor facilidad en sus redes. No quieren personas que les ayuden, sino que les sirvan, en más de un sentido. Lo que buscan son personas con lo que sigue:
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Baja autoestima
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Necesidad de afecto
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Miedo a la soledad
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Rol de persona sacrificada
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Carencias emocionales, en especial en la infancia
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Ceñimiento a la estructura social
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Falta de propósito profesional
También pueden darse situaciones en donde esa persona sea idolatrada, en especial por ti, y le veas como un ejemplo a seguir, sin defectos o con algunos que son apenas detalles sin importancia. Ya sea que haya logrado algo que desees, o que tenga algo que quieras, jugarán contigo para que estés a su servicio.
Sea cual sea el caso, esa clase de relaciones no valen la pena.