Diez evidencias que denotan que una pareja está rota

El “felices para siempre” de los cuentos de hadas podrá ser válido en la ficción, pero no tanto en la realidad. Sí, hay parejas que, con esfuerzo y paciencia, logran vivir juntos por el resto de sus vidas, pero es difícil llegar a eso. Para poder tener una relación sana de pareja, también se debe saber cuándo la pareja está rota, más allá del punto de arreglo.

Han perdido la confianza

Una de las bases de la pareja es la confianza, entre sí y en el futuro como pareja. Si uno de sus miembros ha cometido una o más infidelidades, o mentido acerca de sus finanzas, o engañado sobre sus relaciones (familiares, de amistad, de trabajo, etc.) será difícil que su pareja confíe de vuelta en sus palabras. Quien engañó debe reconocer su error, y el otro debe estar dispuesto a perdonar, o la pareja no durará mucho (o seguirá, pero será destructiva).

Hay falta de comunicación

Además de la confianza, la comunicación es indispensable en una pareja saludable. Puede que lo que sea evidente para uno no lo sea para el otro, y esperar que se dé cuenta, o asumir que “no es para tanto” y seguir como si nada no son buenas señales. El hablar y el escuchar mostrará que cada miembro de la pareja cambia, evoluciona, y hará consciente al otro de cómo lo hace.

Están aburridos

Hay quienes piensan que tener una relación de pareja es la meta en sí, y que entonces ya no necesitan esforzarse. Se dejan estar, no intentan sorprender al otro, y caen en una rutina que les hunde en la apatía. Cuando llega al punto donde uno (o los dos) sienten que la pareja les sofoca, y que no pueden ser felices por su relación, es cuestión de tiempo para que dejen la pareja.

Su vida sexual no es saludable

Hay personas que disfrutan del sexo, y otras que no. Puede que sea una pareja heterosexual, homosexual, o que los dos integrantes sean asexuales. Aquí el tener una vida sexual saludable implica que los dos miembros de la pareja estén cómodos con ella, de una forma más o menos estable. Si sólo uno está contento, o ninguno, hay problemas, y graves.

Pelean todo el tiempo

Cuando hay muchas cosas no dichas, o la irritación de estar con el otro no se expresa de forma civilizada y adulta, las peleas suelen ser frecuentes. Es una forma pasiva-agresiva de evitar los conflictos reales en la relación. Puede que, a nivel inconsciente, se desee terminar con la relación pero no se quiera dar el primer paso. Las peleas pueden ser un intento que el otro decida romper la relación, para después decir que “me han dejado”, colocando al otro como el malo, o sin querer asumir el trabajo de terminarla.

Hay reacciones físicas

No me refiero al maltrato físico (que es una señal que la relación es nociva y puede terminar con la vida de uno o ambos, en especial si se es mujer) sino a la forma en que reacciona el cuerpo de uno al estar cerca del otro. Cuando estás con personas que te agradan, aunque no lo sepas de forma consciente, tu cuerpo se relaja y te sientes bien. Pero cuando te acercas a alguien con quien no quieres estar, sentirás que tu cuerpo reacciona como si estuviese por enfermarse.

Evitan los planes a futuro

El planificar el futuro de la pareja significa que la relación seguirá en el tiempo. Si uno o ambos evitan hablar sobre eso, quiere decir que no desean que la pareja continúe, o que no tienen la seguridad de que continuará. ¿Y para qué poner esfuerzos en algo que puede que nunca suceda?

Nunca tienen tiempo para el otro

Cuando uno quiere hacer algo de pareja, el otro tiene mucho trabajo y no puede. Cada vez que hay algún plan interesante, uno o ambos no tienen el tiempo para ir, y tampoco ofrece alternativas. Si desean estar con el otro, o en una relación, hallarán algún hueco para estar juntos.

Tienen baja autoestima

Una pareja, si bien tiene altibajos (como pareja y respecto a sus integrantes) tiene como uno de sus objetivos principales el mejorar la vida de los dos involucrados. Si siempre uno tiene prioridad sobre el otro, o si los dos se sienten desanimados, o poca cosa, es porque la pareja no funciona, no es saludable, o ambos motivos a la vez.

No hay interés en mejorar la situación

Todo lo antes expresado puede mejorar (si no solucionarse, mejorar entonces) si los dos integrantes de la pareja están dispuesto a, al menos, intentarlo. Si uno hace la gran mayoría del trabajo mientras que el otro se deja llevar, la pareja seguirá en la misma situación, o puede que empeore. Sin voluntad no llegarán a un mejor puerto.

Imagen de Laura Lauman
Autora del artículo