Qué hacer si estoy enamorada de mi profesor
Veamos: un hombre independiente, con trabajo, que dice cosas interesantes, ya ha superado la edad de la tontería (como los varoncitos de tu edad), que está bueno o que tiene ese algo que te gusta y que tus amigas no comprenden por qué.
El problema es que es tu profesor.
En bonito berenjenal te has metido.
Ten en cuenta la diferencia de edad
La edad importa. No sólo la de él, sino también la tuya.
Él es un adulto, al menos en el sentido legal. Si eres menor, esa clase de relaciones están prohibidas por ley, y con muy buenas razones. Ha habido muchos casos de abuso sexual de profesores a alumnas, en donde las muchachas no sabían que habían sido manipuladas o que se habían aprovechado de ellas. Y los abusadores nunca lucen como se piensa.
Si cursas la secundaria, o incluso los primeros años de universidad, es normal el tener cierto enamoramiento en algún profesor. En estos casos, lo mejor que puedes hacer es dejarlo ir y seguir adelante. Es mucho más simple decirlo que hacerlo, lo sé.
Si ya has pasado por algunos años de universidad, entonces puede que haya posibilidades de algo más que una relación alumna-profesor. En gran parte, porque a esa edad tienes más experiencia de la vida que en secundaria.
Y, entonces, está su edad. Si hay una gran diferencia, de varias décadas, puede ser complicado. Si, en cambio, tienen edades similares, de una década o menos (físicas o mentales), es una buena señal.
Averigua si está casado
Las mujeres solteras de cierta edad conocen bien la frase “él aún está casado pero se está por divorciar”. Es un engaño. Si está casado y aún no se ha divorciado, puede que te tenga como un simple plan novedoso, o como amante y nada más. Si no le es fiel a su esposa, ¿por qué debería ser diferente contigo?
Si es soltero, entonces hay muchos menos problemas, al menos en el ámbito legal. La mejor de las situaciones es cuando ambos no tienen compromisos amorosos con otras personas.
Pregúntate que es lo que buscas
A veces, lo que te atrae no es la persona en sí, sino la situación en la que se encuentra. Puede que te gusta la idea del “amor prohibido”, y que lo veas como una aventura excitante. Quizás tus padres tienen una serie de reglas muy estrictas contigo, y deseas romper todas las que puedas. La situación de poder en la que se encuentra un profesor también es muy atractiva, aunque sea relativa. El aura de sabiduría que lo rodea es otro factor a tener en cuenta.
Y luego, está el que te atraiga como persona. Eso que estaría allí incluso cuando crezcas, cuando no sean más alumna y profesor, o que seguirá con él si dejase de enseñar.
Antes de intentar algo, revisa esto
No, no es buena idea ir y decírselo así, sin más. Antes que nada, cuando estés segura que te atrae como piensas que te atrae, asegúrate de:
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Conocer las políticas del centro educativo al que asistes: busca antecedentes, y qué sucedió con esas relaciones.
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No decírselo a nadie: puede que la marea cambie y que ambos, o uno de los dos, terminen con problemas graves por eso.
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Averigua sobre su pasado: ¿ha coqueteado con alumnas antes? ¿Cuál es su estado civil? ¿Dónde ha vivido? Cualquier antecedente importa.
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Concéntrate en el presente: por más que sea bonito el pensar en la ida en rosa, tus estudios están primero.
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Si es tu profesor actual, no te le declares. Es la forma más rápida de traer problemas a las vidas de ambos.
Para que la relación pueda tener futuro
La relación profesor-estudiante es una en la que la confianza es fundamental. Si lo que deseas es que esta relación pueda tener una mínima posibilidad de futuro, debes esperar a que ya no sean profesor y estudiante.
Esto se debe a varios motivos, siendo la base el respeto. El tener un romance con una alumna podría llevar a un conflicto de intereses, a que le despidan, a que enfrente acciones legales graves, y la lista sigue. ¿Quieres que la persona que amas pase por todo eso?
Si le respetas, no querrás meterlo en problemas por algo que puede esperar lo que dure ese cuatrimestre, o el período que le tengas como profesor.
Cómo dar el primer paso
Una vez te haya firmado la libreta y ya no le tengas como profesor, espera unos días, y luego invítale a tomar un café. O a charlar sobre algún tema que les interese a ambos. A esta altura deberías saber si preferiría que seas sincera o si lo mejor sería un acercamiento más sutil. Podrás enterarte de detalles de su vida personal, conocerlo mejor, y él a ti, fuera del ámbito del aula.
Así, podrás saber si tu interés se basa sólo en que fuese tu profesor, o en él como persona. De esta manera, si lo tuyo era un simple enamoramiento de una imagen idealizada, podrás ver a la persona de verdad, o al menos, algo más cercano a tu ilusión.
Entones, ya como personas responsables, podrán comenzar a considerar una relación fuera del aula, como personas responsables, ya sea por unas pocas horas de pasión o por muchos años.