Vencer la dependencia emocional paso a paso
La dependencia emocional está presente en ambos sexos, aunque es más frecuente verlo en mujeres. Esto no significa que no haya hombres que la sufran. Esa certeza que nuestra felicidad depende de la llegada o mantenimiento de una o más personas, y que sin ellas la vida ya no tiene sentido, es la dependencia emocional.
Quien depende idealiza, magnifica y se somete a la otra persona, dejando de lado su propio valor. Esta situación es extremadamente nociva, y para salir de ella se deben seguir algunos pasos.
Reconocer el problema
Evidente desde lejos, pero no tanto cuando se está en la situación. Para ello, hazte algunas preguntas:
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¿Tienes baja autoestima?
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¿Tienes miedo a la soledad?
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¿Sueles tener un estado de ánimo disfórico?
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¿Tu pareja es tu prioridad suprema, por sobre tu familia, amistades o tú mismo?
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¿Necesitas tener acceso continuo a tu pareja?
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¿Has renunciado a ser tú mismo, para ser eso que le agrade a tu pareja?
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¿Deseas que ambos sean exclusivos, siendo el centro de la vida de tu pareja?
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¿Sientes la necesidad de agradarle a todo el mundo?
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¿Todas tus habilidades sociales giran en torno a tu pareja?
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¿Ocupas un sitio inferior al de tu pareja en la relación?
Si tus respuestas han sido afirmativas a más de dos de las preguntas, estás en una relación de dependencia emocional.
El experimento de “desconexión”
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Busca un sitio tranquilo para pensar: Comienza pensando en eso que querías hacer antes de conocerla, y cuánto de eso has logrado. Para ello, necesitas estar en un sitio tranquilo, donde no te interrumpan por una hora. Desconecta los teléfonos y el timbre, apaga los aparatos electrónicos, y ve a un sitio donde puedas relajarte.
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Comienza a “desconectarte” en tu mente: Piensa en ella. Cierra los ojos e imagina que está frente a ti. Mírala con atención, y tócala con tu mente. Imagina lo que sientes al hacerlo. Respira hondo y percibe la sensación de conexión con esa persona, y tu relación con ella. Pregúntate cómo dependes de ella.
Si su conexión fuese física, piensa cómo estarían unidos, y cómo sería esa unión. Corta mentalmente ese lazo físico, y percibe cómo te sientes. Piensa en qué crees que obtienes con esa conexión, y luego analiza qué obtienes de verdad con ella. Piensa en tu “yo ideal”, y en cómo es.
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Conéctate con tu “otro yo ideal” en tu mente: Vuelve a ver la versión de ti que está unida a ella. Desconecta de nuevo el lazo y únete a tu “yo ideal”. Siente la diferencia y sumérgete en ella, tomándote tu tiempo para disfrutar de ese vínculo con tu “yo ideal”. Recuerda que la única persona que siempre estará a tu lado eres tú.
Vuelve a mirar a la persona a la que estabas vinculada, y observa cómo se conecta a su propio “ideal”. Libérale también y ve cómo se siente ante su versión mejorada. Mira de nuevo a tu “yo ideal” y empieza a notar todo eso que es y que desearías ser. Trae esa imagen hacia tu pecho y haz que entre en tu ser. Siente esa sensación que te llena, con los ojos cerrados, y luego ábrelos.
Anota todo eso que has perdido por la dependencia
Cuando hayas terminado el ejercicio de arriba, anota todo eso que quisiste ser o hacer y no has hecho, por estar con ella. Aparte, haz una lista de eso que has hecho por la relación, eso que no te gustaba o que no querías hacer. En una relación de dependencia emocional, ambos miembros de la pareja sufren, por lo que ella también ha dejado de hacer o ser cosas. Ese sufrimiento que llevas dentro también lo siente la otra persona, lo sepa o no.
Refuerza tu autoestima
Uno de los principales factores de la dependencia emocional es la baja autoestima. Por eso, la clave en la recuperación está en volver a valorarte. Piensa en los momentos donde te sentías feliz, realizado, libre. Recuerda todo eso que has logrado por ti mismo, incluso antes de conocerla a ella.
Aprende a estar solo
Tómalo como un tiempo para conocerte mejor a ti mismo, para saber eso que realmente deseas. Recuerda que el amor sólo puede existir entre iguales, y lo mismo sucede con una pareja saludable. Busca la diferencia entre “desear” y “necesitar” algo.
Distánciate de ella
Dale su espacio y busca el tuyo propio. Establece límites, respétalos y haz que la otra persona comprenda que no los romperás. Haz el esfuerzo por ti mismo, y recuerda que la persona que más se preocupará por tu felicidad eres tú.
Crea tu propio espacio
Haz algo que siempre quisiste hacer, pero no hiciste porque a ella no le iba a gustar. Mira la lista que escribiste arriba y empieza por lo más simple que puedas hacer. Coloca algo en tu espacio que simbolice tu elección. Busca la ayuda de tus familiares o amistades si necesitas consejo.
Enfócate en algo diferente
Sólo te das cuenta de lo mucho que dependes de algo cuando ya no lo tienes, o no lo usas. Pasa un día sin contactar a esa persona, y observa cuánto tiempo y energía libre tienes. Piensa en lo que podrías hacer con eso, y busca herramientas para llevarlo a cabo.