“Nadie me quiere” - ¿como eliminar este pensamiento?
Toda persona pasa por momentos en los que piensa que nadie la quiere. Es normal, y más frecuente de lo que se piensa, pese a todas las fotos felices que se ven en las redes sociales. Si en estos momentos sientes que nadie te quiere, puedes probar lo siguiente.
Busca las raíces de ese pensamiento
¿Por qué piensas así? ¿Te comparas con tu hermana mayor y sales perdiendo? ¿Esperan mucho de ti y no puedes hacerlo todo? ¿Estás es una etapa de grandes cambios? ¿Hay situaciones fuera de tu control relacionadas contigo?
Infórmate sobre la “mentalidad de víctima”
Una persona con mentalidad de víctima es aquélla a la que “la vida le pasa”. Nunca tiene la culpa de nada, y todo lo malo que le sucede es culpa de quienes le rodean, aunque no haya pruebas. Evade la responsabilidad de sus actos, y se muestra más desvalida de lo que es, buscando compasión y ayuda en donde pueda.
Habla con tu familia de cómo te sientes
En especial durante la adolescencia, el pensar que nadie te quiere no es tan extraño. Háblales a tus padres y dile lo que sientes. Puede que no sepan lo que piensas, o que no hayan considerado lo que sientes de la forma en que en realidad lo sientes. Además de ser tus padres, son personas con experiencia, y pueden ayudarte.
Ve a la biblioteca
Las bibliotecas ofrecen muchos servicios, gratis. Puedes buscar libros que hablen sobre tus problemas, utilizar su conexión a internet para buscar información sobre el tema, preguntarle a las bibliotecarias qué libro te recomendarían donde la protagonista pase por algo parecido a lo que tú, etc. Además, es un ambiente donde hay silencio y paz.
Aprovecha los grupos de ayuda pública
En algunas localidades hay grupos de ayuda a personas con problemas de autoestima, o que estén pasando por malos momentos. Saben cómo ayudarte, y tienen experiencia en ello. Además, podrás encontrarte con personas que pasen por tu misma situación, o parecido, o que ya lo hayan superado.
Pregúntales a otras personas cómo lo superaron
Muy relacionado con el punto anterior. Si bien cada caso particular tiene sus diferencias, hay puntos en común en todas las historias. Si conoces a alguien que pasó por lo que tú, y ahora han mejorado, pregúntales cómo lo hicieron, e intenta aplicarlo a tu situación.
Ayuda a alguien
Una de las formas más positivas de intentar salir del “nadie me quiere” es ayudando a alguien en lo que puedas. Sea donar sangre, hacer un voluntariado, ayudar a tu hermanita con una tarea que sepas hacer, no tiene por qué ser grande y complicado. Quizás recibas algunas miradas y comentarios extrañados, pero eso es porque has roto el patrón. Eso es positivo, es progreso.
Cultiva tu gratitud
Sí, gratitud. No en el sentido de “siempre hay gente peor que tú”, sino que veas las cosas buenas que tienes, y a las personas de tu alrededor, aunque no sea cercana. Por ejemplo, estás leyendo este artículo, lo que quiere decir que tienes acceso a internet. Puede que tus padres no te digan que te quieren, pero te dan techo y comida. Agradéceles por eso, y puede que cambien algo su actitud hacia ti.
Deja de lado el “lamento molestarte con mis problemas”
Si tienes a alguien con quien hablar, deja de lado las disculpas. En vez de eso, dile “muchas gracias por escucharme”, y ten algún detalle con él o ella. Es una pequeña forma de cultivar la gratitud, y harás que la otra persona sepa que ha sido de ayuda para alguien.
No descuides tu dieta ni ti higiene
A veces, puede tratarse de un problema alimenticio, la falta de nutrientes, o una dieta que no es para ti (es mejor consultar a nutricionistas). El comer bien mejora mucho el ánimo, más aún si se acompaña con buena higiene personal. Muchos problemas de salud se previenen con un buen baño, un cabello limpio, ropas lavadas, uñas cortas y desodorante. Además, lucir bien hará que te sientas mejor.
Busca ayuda profesional
En última instancia, si todo lo demás falla, consulta a profesionales. Puede ser que estés pasando por malos momentos, o que se trate de algo psicológico, o hasta físico, solucionable con un tratamiento o medicación. La medicina existe para ayudarte, no para hacerte sufrir.