Diez pasos para salir de la zona de confort
Es fácil el caer en la rutina: después de todo, somos seres de hábitos. Hay personas que sólo desean llegar a un punto y quedarse allí, y no moverse. El problema es que eso significa, entre otras cosas, no mejorar ni crecer. Y la innovación surge cuando salimos de nuestra zona de confort.
1. Que el miedo no te detenga
Lo que hace que la gente no intente cosas nuevas, fuera de su zona de confort es, en la gran mayoría de las veces, el miedo. A quedar en ridículo, a fracasar, a ofender a alguien, a no tener tanta habilidad o soltura como nos imaginábamos. La primera vez que intentes usar una nueva habilidad, o hacer algo nuevo, será torpe, y ni de lejos parecido a cómo lo hacen ver profesionales en el tema. Eso le pasa a todo el mundo.
2. Empieza por algo pequeño
Si te gustan las armas y los juegos de guerra, no intentes ir derecho a un curso de corte y confección para novias. Eso sólo te llevará a un enorme fracaso. Comienza por algo pequeño, que esté relacionado con lo que te gusta, y ve avanzando poco a poco de allí.
3. Hazlo en dosis regulares
Si probaste algo y no te gustó, no tienes por qué repetirlo. Sin embargo, que eso no te detenga de probar cosas nuevas: de forma regular intenta algo fuera de tu zona de confort, y si te gustó, sigue con ello. Mientras más comodidad sientas al salir de tu zona de comodidad, menos eludirás el probar cosas nuevas, y tendrás más disposición a aceptar desafíos.
4. Pon tu miedo en un nuevo marco
A veces, evitamos hacer algo por miedo a lo que nos pasó en un período anterior de nuestra vida. Un período que ya no existe, con una persona que ya no existe (porque has crecido). Toma esa sensación de miedo y piénsalo como una oportunidad y la emoción ante lo nuevo. Si lo miras con una luz positiva, te será más fácil el intentar algo nuevo.
5. Busca un desafío
¿Qué nunca intentaste X? Pues bien, veamos si se te resiste esta vez. El hacer algo que te desafía hace que intentes buscar alternativas, o usar habilidades que no utilizas en tu vida diaria. Si te sale bien, experimentarás un aumento en las endorfinas y te sentirás recargada, y si no, al menos sabes que lo intentaste y que no es para ti.
6. Pregúntale a gente de tu entorno
Si quieres hacer H, y una persona de tus círculos lo hace, puedes ir y preguntarle cómo es, o qué le atrajo, para intentar comprender mejor de qué va. Por lo general, si le preguntas a una persona sobre algo que le gusta, te remarcará sus aspectos positivos, y puede que te de algunos consejos, o te diga cómo se sintió al comenzar a hacer H.
7. Concéntrate en los “por qué”
Tener un objetivo claro cuando sales de tu zona de confort te ayudará a enfocarte en tus motivos. Se recomienda escribir, a mano, los objetivos que se esperan conseguir. De esta manera, cuando sientas el estrés, podrás mirar lo que escribiste antes y entenderás por qué lo haces, o si vale la pena seguir.
8. Puedes tomar un “modelo” ya hecho
Hay páginas dedicadas a desafíos para salir de tu zona de confort. Hay uno de catorce días en el que te proponen hacer algo nuevo, algo pequeño, cada día durante dos semanas, y contar sobre tus resultados. Puedes probar ese, o ir a por otro que se acople a lo que puedes o quieres hacer.
9. Observa cómo ha cambiado a otras personas
Piensa en tu libro, serie, película o videojuego favorito. O en una persona real que admires. Fíjate en cómo fue su vida, y a qué tuvo que enfrentarse. Una persona no madura haciendo siempre lo mismo, sino intentando cosas nuevas, ya sea por necesidad o por preferencia, y lo puedes ver en todas partes. Concéntrate en esas personas, y no flaquees en intentar cosas nuevas.
10. Si no te sale, o no te gusta, no hay problema
A veces, el intentar algo nuevo o fuera de tu zona de confort no tiene buenos resultados. Es lo que tiene vivir en la realidad, que no siempre se gana, sin importar lo que diga la publicidad. Eres una persona y, como tal, tienes virtudes, defectos y limitaciones. Si algo no te gusta, no te sientes bien al hacerlo, o no te sale, no hay problema. Podrás intentar otra cosa luego.