Siete ideas para excitar a una mujer
Una de las quejas más frecuentes de las féminas respecto a sus parejas masculinas es lo centrados que están en sus genitales, olvidando el resto de sus cuerpos. Hay muchas donde elegir. Cada mujer es distinta, por lo que algunas de las siguientes ideas pueden funcionar mejor que otras.
Caricias, muchas caricias
Con suavidad, comienza a acariciarla. Hazlo por diez segundos, y luego para. Un minuto después, hazlo por medio minuto, y repite. Si se hace en distintas partes del cuerpo, le hace recordar cuán sensible es, y poco a poco empieza a desear sentir más. Siempre deben ser caricias suaves, y variando la forma de toque: con la palma, con los dedos, con las yemas, etc.
Practica el no-avance
Relacionado con el punto anterior: dile que quieres saber más sobre ella y lo que le gusta. Empieza con las caricias, y dile que seguirás haciéndolo hasta que ella te diga qué es lo que quiere que hagas a continuación. De esta manera, ella se sentirá más relajada y podrás saber lo que le gusta respecto al sexo.
Voz suave
Si hablas fuerte o gritas, lo más probable es que ella no se excite, sino que se vaya. Además, si el hablarle en voz alta, con “énfasis”, o a los gritos es la única forma que le preste atención, van por muy mal camino. En cambio, si habla con voz suave y segura, ella deberá prestar atención para escucharle. De esa forma, sus sentidos comenzarán a concentrarse en ti. Más aún si usualmente no hablas con voz suave: esto le demostrará a ella que la considera como alguien especial.
Besos
A cada mujer le gusta una clase distinta de beso, en especial a la hora de la intimidad. No te limites sólo a sus labios: la zona que está entre la oreja y el cuello, por ejemplo, es una de las más cercanas a su boca, y de allí puede subir o bajar, dependiendo lo que ella prefiera.
Confianza en ti mismo
La confianza es muy sexy. Si te muestras seguro de ti mismo, demostrarás que eres una persona con la que es buena idea, o deseable, estar. Si ella te pregunta el porqué de tu aumento de confianza, dile que es, al menos en parte, gracias a ella, sus sugerencias, o su apoyo. Hay diferencias entre tener confianza y ser un pedante, así que ten cuidado de no cruzar esa línea.
Proponle cosas nuevas
Pregúntale si le gustaría hacer algo que has visto en determinado sitio. Pon el acento en lo mucho que parecían disfrutar las personas que lo estaban haciendo, y por favor, que no sea una película pornográfica. Esa clase de producciones es lo que el sexo podría llegar a ser, pero no lo que es. Si le haces saber que te gustaría probarlo para complacerles a los dos, o a ella, es más posible que acceda.
Cuida de tu higiene
A veces, lo que no le da ganas de pasar placenteros momentos contigo es tu falta de cuidado personal. Puede que no te digan lo mal que te huele el aliento, porque así las educaron, pero eso no quita que sea asqueroso. Además, si no eres limpio con tu boca o tu cuerpo, ¿qué crees que pensará ella cuando se imagine tus genitales? ¿Limpios, deseables, libres de enfermedades? No.
Pídele permiso
Antes de penetrarla, pregúntale si se lo permites. Si dice que no, continúa con el juego previo hasta que cambie de idea, o sé creativo e intenta algo nuevo. Si dice que sí, ella sentirá que tiene más poder en la situación en la que pensaba, lo cual es muy excitante. No tanto como el último punto, claro, pero sí muy sexy.
Lo más sexy de todo
El sexo es uno de esos ámbitos en donde las personas muestran cómo son realmente. Para una mujer, un hombre que se detenga cuando ella se lo diga significa que la respeta más que a sus deseos, y que no la lastimará porque él quiere placer. Es por eso que, antes de comenzar a sacarse la ropa, debes tomarla de los hombros con suavidad, mirarla a los ojos y preguntarle si desea continuar. Si y sólo si ella dice que sí, de forma directa e inequívoca (debes insistir en esto, diciéndole cosas como “necesito que seas clara, que estés segura de continuar”), continúen.