Pasos para superar un desengaño amoroso

Estimada persona, lo has intentado. Te has declarado y la respuesta ha sido negativa, o el objeto de tus afectos resultó ser muy, pero que muy distinto a lo que pensabas. O, quizás, te has dado cuenta que ya no quieres estar con la persona con la que has estado hasta ahora. Sea cual sea el motivo, el superar un desengaño amoroso no es bonito, pero sí necesario.

Piensa en ello, pero no te obsesiones

Sería muy sencillo el obsesionarse, y pasar de ser una persona a alguien que habla de ese desengaño amoroso y nada más. Es saludable en intentar comprender qué ha salido mal, para no cometer esos errores en el futuro, pero que tu vida no gire alrededor de eso.

Habla con alguien de confianza sobre el tema

El poner en palabras lo que te ha pasado te aliviará, siempre y cuando se lo digas a alguien de confianza. Tus amistades y familiares están allí para ayudarte en las buenas y en las malas, y ahora estás en una mala. Si lo prefieres, puedes buscar ayuda profesional e ir a una consulta psicológica.

Que no te avergüence el llorar

Es una forma de dejar salir tus emociones. Luego de un desengaño amoroso, hay muchas emociones negativas, y cada quien las expresa de distinta manera. El llorar es sano, natural, no cuesta nada y te hará sentir mejor una vez que haya pasado.

Aprende de la experiencia

Un desengaño amoroso enseña mucho, en especial si es la primera vez que te ha pasado. Observa qué fue lo que podría haber salido mejor, y por qué no terminó de esa manera. La próxima vez lo harás mejor o, al menos, sabrás más.

Come sano y en horarios regulares

El estereotipo es que, luego de un desengaño amoroso, es obligación el llenarse de comidas indigestas o insalubres incluso. Ve a por comidas sencillas y sanas, y come algo en los horarios debidos, aunque sea un poco. Tu cuerpo no funcionará como debe si no tiene una nutrición acorde. Vale la pena quererse.

Duerme

El “perder el sueño” es más que una simple expresión en estos casos. Intenta tener un horario de sueño más o menos regular, sin recurrir a medicación. El dormir bien hará maravillas con tu salud, tu humor, y tu perspectiva sobre la situación.

Meditación en vez de medicación

En algunos países es norma el tener una píldora para cada cosa. Antes de recurrir a la farmacia, intenta meditar sobre la situación, y analiza si te sientes menos peor que antes. Si eso no funciona, bueno, al menos lo has intentado.

Busca algo qué hacer con tu tiempo libre

Sea cual sea la relación de la cual te has desengañado, ahora tendrás más tiempo para ti. Demasiado tiempo libre hará que vuelvas a pensar una y otra vez en los “si hubiera…”. Aprovéchalo y empieza a hacer algo que antes no podías porque estabas en esa relación. A algunas personas les hace bien el socializar y encontrar nuevas amistades, mientras que a otras les gusta más el aprender habilidades nuevas, por ejemplo.

No te fuerces

Hay quienes piensan que, apenas tienen un desengaño amoroso, la solución es ir a por otra relación de inmediato. Esto puede no ser para todas las personas, y si no quieres hacerlo, no tienes por qué. Cada quien sana a velocidades distintas.

Acéptalo como un hecho

Hay personas que se niegan a aceptar la realidad, e insisten en que sólo necesitan de algo para que el mundo sea como quieren que sea. Esto, por lo general, termina en una situación peor de la que ya están, y su negativa a ver la realidad sólo les traerá problemas. Una vez acepten la realidad del desengaño amoroso como un hecho, y sólo entonces, podrán seguir adelante.

Mantén la perspectiva

Por más que parezca lo contrario, un desengaño amoroso no es el fin del mundo. Piensa en todas las cosas positivas que aún tienes, y en que ahora tienes un futuro delante que antes no te era posible alcanzar. Costará, sí, pero valdrá la pena.

Concéntrate en seguir adelante

El pasado es el pasado, y no hay forma de volver a él. Ahora que te has desengañado, pon tus energías en mejorarte y en seguir adelante. La vida seguirá, desengaño amoroso o no, y lo mejor que puedes hacer es, una vez haya pasado el impacto inicial, empezar a moverte.

Imagen de Laura Lauman
Autora del artículo