8 Pautas para educar a tus hijos correctamente

Casi todos los padres consideran que la educación de sus hijos es una de las tareas más difíciles que les toca desempeñar. A la vez, nadie cuestiona la importancia de una buena educación. ¿Cómo hacer para que tus hijos incorporen determinadas pautas que les permitirán formar parte de la sociedad, integrarse con sus pares y desarrollarse como personas en su pleno potencial? He aquí algunas pautas que pueden serte de ayuda.

  1. Conoce y comprende cada etapa que atraviesan tus hijos
    Todos los bebés se llevan las cosas a la boca, todos los niños pequeños hacen algún berrinche, todos los niños en edad preescolar rechazan algún alimento que antes les gustaba… Todo ello es normal, no significa que los estés educando mal. Aprende a distinguir cuáles características de tus hijos son propias de su edad. Acompáñalos sin pretender saltearte cada etapa.

  2. Exige de acuerdo con la edad
    Así como puedes pedirle a tu pequeño de dos años que no arroje comida al suelo, no puedes pretender que te ayude a recoger los platos sin arriesgarte a que uno se le caiga al suelo y se le rompa. Si avasallas a tu hijo con órdenes que aún no está preparado para cumplir, no solamente no te hará caso, sino que se sentirá inseguro y confundido.

  3. No grites
    Es erróneo pensar que el padre o la madre que levanta la voz tienen más autoridad frente a sus hijos. La clave es qué cosas se dicen, y no cómo decirlas más fuerte.

    • Cuando tengas que marcar un límite o dar una norma, hazlo en un tono firme, pero calmado. Si gritas, tu hijo pronto aprenderá a gritar más fuerte, y la armonía familiar se hará trizas.
    • Cuida tu lenguaje corporal: mira a los ojos, procura que tu hijo te devuelva la mirada, no cierres los brazos ni te pongas las manos en la cintura.
    • Ten paciencia: es probable que debas repetir muchas veces las mismas pautas hasta que tus hijos las incorporen.
  4. Sé claro con los límites y normas

    • Las pautas deben ser explicadas en un lenguaje sencillo, accesible para los niños. “Guarda los juguetes en el canasto” es una orden comprensible. “Tu habitación es un chiquero” no lo es, y además resulta despectiva.

    • Asegúrate de que tu hijo comprenda lo que le has dicho. Puedes pedirle que te lo repita con sus propias palabras.

    • Si tienes que dar muchas indicaciones, hazlo enumerando las prioridades. Tu hijo no tiene por qué adivinar qué es más importante. Si le pides demasiadas cosas al mismo tiempo, se paralizará. Por eso, en lugar de “¡Estás tan sucio! Necesitas un baño, tengo que lavar esas zapatillas ya mismo, quítatelas”, es más fácil que tu hijo obedezca si dices algo como “primero, quiero que te saques las zapatillas embarradas. Luego, llévalas al lavadero para que yo las lave. Finalmente, toma un baño.”

  5. Diálogo sí, negociación no
    Establecer una comunicación fluida con tus hijos es importante y muy saludable.

    • No confundas el diálogo con convertirte en uno de sus amigos. Es importante que sigas siendo una figura de autoridad.
    • Escucha sus opiniones, pero ten en claro que hay ciertas cosas que no se negocian (y acepta, a la vez, la flexibilidad para ceder en otras).
    • No te asustes del conflicto: es normal que tus hijos protesten cuando impongas una norma. Eso no hará que te quieran menos.
  6. Escoge sanciones adecuadas
    Es preferible evitar los castigos, pero si avisas de antemano que determinada acción tendrá sus consecuencias, es necesario que la hagas cumplir.

    • Evita aquellos castigos demasiado severos que no podrás sostener, como prohibir la televisión durante un mes. En su lugar, escoge un límite más acotado.
    • Procura que la sanción esté relacionada con el límite trasgredido: si tu hijo rompió un jarrón por jugar a la pelota dentro de la casa, puedes pedirle que te dé el dinero de su mesada para un nuevo jarrón.
  7. Fortalece el vínculo afectivo
    Los niños bien educados no se comportan así porque le teman a los castigos, sino porque han aprendido que son más felices cuando sus padres también están felices. Estos niños han aprendido a querer hacer precisamente aquello que deben hacer. Para lograr esto, lo mejor es fortalecer la autoestima de tus hijos y demostrarles constantemente lo mucho que los quieres.

    • El contacto físico es muy importante: abraza a tus hijos, bésalos, recibe de buen grado sus manifestaciones de cariño.
    • Halaga siempre sus comportamientos positivos. Aprenderán que hacer las cosas bien es una manera de conseguir tu atención.
    • Conversa con tus hijos sobre todo lo que a ellos les interesa, que no asocien charlar contigo con recibir un regaño.
    • Disfruta de ver crecer a tus hijos: no veas la crianza como una carga, sino como un privilegio.
  8. Intercambia experiencias con otros padres
    Nadie nace sabiendo educar a los hijos. Es algo que se construye y se aprende día a día. Además de hablar con tu pareja al respecto y ponerse de acuerdo con los criterios a seguir, conversar con otros padres puede darte perspectiva y ayudarte a ver las cosas de otra manera, siempre y cuando recuerdes que lo que funciona en otras familias no necesariamente funcionará para la tuya. La crianza exitosa un camino que solamente ustedes pueden recorrer.