Pasos para olvidar un amor imposible

En la existencia humana hay algunas verdades bastante duras. Dependiendo de la escala, pueden ser desde molestias menores a catástrofes mundiales, lo cual depende también de cómo se lo tomen las personas a quienes les pasa. Caso de estudio: tienes un amor imposible. Y tienes que olvidarle. Puede que duela, pero se puede, estimada persona.

1. Reconoce que es un amor imposible, y que te hace daño

El primer paso para solucionar un problema, cualquier problema, es aceptar que ese problema existe. Si es un amor platónico que te impulsa a mejorar, y que no te impide tener una vida amorosa más realista, no hay problema: pero si prefieres esperar a que esa persona o personaje te ofrezca matrimonio, y rechazas otras opciones, es que hay un problema.

2. Acepta que no te quiere de esa manera, o que no sabe de tu existencia

Puede que sea una persona real, de tu entorno, que no te quiera de la forma en que tú quieres. Puede que no le gusten las personas de tu sexo, o que sea una monja o sacerdote, o que ya esté en una relación. O que sea una persona famosa, que vive en otro país, o un personaje de ficción que no existe en este universo. Este es el segundo paso.

3. No te lo tomes personal

Si es un personaje ficticio, o que ha muerto, o de una persona famosa, no hay forma en que lo hagan personal. No saben de tu existencia o no pueden saber de ella. Si es una persona de verdad, que ves más o menos de forma regular, puede que haya algunas circunstancias que no hayas tomado en cuenta, o que no hayas visto cuán importantes son. No es, ni de lejos, una derrota personal.

4. Acepta la derrota con dignidad

Hay batallas que no se pueden ganar. Los personajes de ficción no se volverán reales y empezarán un romance contigo, las personas famosas tienen demasiada gente a su alrededor, y la gente que ya no existe ni siquiera te ha conocido. Y si es una persona real, que tienes cerca, puede que no veas cosas que él o ella sí. Lo peor que puedes hacer es arrastrarte, pedirle una oportunidad o similares, cuando es evidente que la otra persona no lo quiere. Ten dignidad en la derrota, a la corta y a la larga será mucho mejor para ti.

5. Aléjate del objeto de tus afectos

Mantente ocupada en lo que puedas. Distánciate de esa persona, y concéntrate en hacer cualquier otra cosa. Retoma amistades, intenta cosas nuevas, busca grupos interesantes a los que siempre quisiste acercarte, etc. Si no te puedes alejar de forma física, hazlo de forma mental. Escucha música con auriculares, lee, estudia, pero muévete. O medita en un sitio tranquilo. Deshazte de todos los objetos físicos que te recuerden a esa persona: guárdalos en el desván, véndelos o regálaselos a alguien que no veas a diario.

6. Cuida de tu persona

Cuando dejas de hacer algo, notas que tienes más tiempo, más energía (o no, dependiendo de lo que sea) y algunos recursos libres. La persona con a que más tiempo pasarás durante toda tu vida eres tú, así que concéntrate en cuidarte. Hazte revisiones médicas, empieza a hacer alguna actividad física (gimnasio, artes marciales, baile, etc.), deja hábitos insalubres atrás, y poco a poco tu calidad de vida mejorará.

7. Ten cuidado con el “enamoramiento corto”

A veces, cuando sales de una relación o enamoramiento de larga data, enseguida vas a buscar otra, pero de duración corta, como para sacarte el gusto de la anterior. Ten cuidado con esto. Es muy fácil caer, y las posibilidades indican que durará poco, no será satisfactorio, y puede que metas la pata.

8. Evita el rencor

Tu ego te dolerá durante un tiempo, y puede que le detestes por bastante más. Sin embargo, si es un resquemor saludable, con el tiempo se irá desvaneciendo. Si dura más de un año, busca ayuda profesional. Empezará a afectar de forma negativa tu vida, y no mejorará para nada tu situación.

9. Si recaes y le ruegas otra oportunidad, puede ser algo bueno

Si esa persona te ha dejado en claro que no quiere nada contigo, y es alguien real, esta será la última vez que te humillarás. Cuando llegas a caer tan bajo, te das cuenta que él o ella, en realidad, no quiere nada contigo, por diversos motivos (y es seguro que no sabrás algunos importantes). Cuando llegas al fondo de esta manera, sólo hay una dirección a la que ir: hacia arriba.

Imagen de Laura Lauman
Autora del artículo