Cómo eliminar el sentimiento de odio hacia una ex-pareja

Quien diga que odiar a tu ex no es normal, miente. Al menos al principio, le detestarás por todo lo que has invertido en la pareja, y que ahora no ha terminado como deseabas. El problema no es odiarle, sino seguir odiándole: tarde o temprano, el sentimiento debe mutar a otra cosa, de ser posible, algo positivo. Para eso, primero debes dejar de odiarle. ¿Cómo?

No empieces con los “si él/ella no hubiera…”

Lo hecho, hecho está, y no hay forma de deshacerlo. No tienes a mano una máquina del tiempo y, si las películas tienen algo de razón, eso sólo hará las cosas peor de lo que ya están. La situación es esa, y hay que trabajar con la realidad en la que estás, feo como sea y desagradable como lo sientas.

No te pierdas en tus fantasías de venganza

Quien diga que nunca tuvo una, miente. Puedes pasarte el resto de la vida pensando que tu ex te verá en tu mejor momento, y caerá a tus pies, rogándote que vuelvan. Su vida es miserable desde que rompieron, dirá, y tú, en tu pináculo de gloria, le dirás que no. O puedes hacer algo más constructivo que una fantasía, claro.

Comprende que el odio sólo te hará daño

Incluso si tu ex te hirió, el que le odies sólo te hará mal a ti. Esto no quiere decir que le perdones y asumas que toda la culpa fue tuya, en lo que haya pasado. Significa que observes lo sucedido, analizándolo para no caer en los mismos errores.

Escribe tus sentimientos

Y hazlo a mano, nada de escribir en tu celular o computadora. De esta manera, como costará más trabajo, deberás repasarlos con más detenimiento, y tendrás más posibilidades de hacerlo con honestidad. Hazlo de forma más o menos regular, hasta que no encuentres más motivos.

Analiza lo que sientes

Con la lista anterior, empieza a analizar todos y cada unos de esos motivos. Úsalo como evidencia de tu última relación, y cuán mala fue. Cuando la hayas leído al menos dos veces, destrúyela. Es una forma simbólica de caminar para dejar atrás ese mal trago.

Busca ayuda profesional

Si bien, a veces, tu círculo de amistades y tu familia pueden ayudarte, lo mejor es buscar a profesionales. Ve a tu psicoanalista, psicóloga, psiquiatra, lo que sea, siempre y cuando sea de confianza y con conocimientos certificados. Esa persona sabrá cómo ayudarte.

Recuerda por qué empezaron su relación

Algo positivo le debes de haber visto, suponiendo que fue una relación sana. Recuerda qué era y observa cómo ha evolucionado hasta el momento en que la relación se rompió. Si bien puede no haber sido la persona para ti, quizás tenga algunas cualidades positivas.

Evita su compañía…

El verle sólo hará que recrudezcan los sentimientos negativos que le tienes. Si te es posible, elimínale de tus redes, y borra todas las fotos en las que aparece. Si tienes que intercambiar elementos personales, usa a una persona de confianza como intermediaria.

o intenta verle en grupo

Si no te es posible evitarle, pídele ayuda a alguien en quien confíes para que te acompañe. De esta manera, la atención estará dividida entre más de una persona, y podrás mirar a tu colega en vez de a tu ex.

Cuida de tu persona

Una de las primeras cosas que harás será, pasado el momento de rabia, sentir tristeza. Intenta comer a horario, toma agua y muévete al menos una vez al día. El baño diario y un cambio de ropa cada veinticuatro horas o menos también son aconsejables.

Haz una lista de objetivos para el año que viene

Así, podrás concentrarte en cosas que quieres lograr, en vez de aferrarte los sentimientos negativos. Además, te obligará a reevaluar si lo que querías antes es lo mismo que quieres ahora, si tienes los mismos medios y posibilidades, etc.

Pasa tiempo con tus seres queridos

Sal con tus amistades, ve a visitar a miembros de tu familia (que no sean del tipo que comenta “lo bueno que era ese chico”, o “esa chica era tan agradable”), y rodéate de gente que te aprecia. Haz algo en grupo, que les guste y que genere buenos recuerdos.

Imagen de Laura Lauman
Autora del artículo