Remedios caseros para el mal de amores

Las abuelas saben cosas que las madres no. Quizás porque ya han terminado su época de mayor ajetreo (trabajo, hijos, etc.), o porque ven suceder cosas que ya han visto o vivido, a veces lo mejor que puedes hacer es preguntarle. Muchos remedios caseros han pasado de generación en generación en las familias por esto, ya sea la famosa sopa de pollo o cómo curar el mal de amores.

Causas

Puede que te haya dejado a quien considerabas el amor de tu vida. Quizás le has echado el ojo a alguien y aún no te animas a decirle cómo te sientes (y peor aún si no está en soltería). Te has enterado que esa persona no siente atracción alguna por las personas de tu sexo, y tienes suficiente sensatez como para no intentar “curarle” (pista: no se cura, no es enfermedad).

Síntomas

Entre los síntomas del mar de amores están la idealización de esa persona, pensamientos incontrolables e intrusivos relacionados a él o ella, nerviosismo o actuaciones extrañas en su presencia (le tratas mal, tartamudeas, te quedas sin habla, te vas, etc.), miedo al rechazo e ideas extremas de lo que pasaría si te rechaza, aumento de las fantasías, “cabeza en las nubes”, sentimientos apasionados y extremos, etc.

Qué hacer

Una vez identificado el problema, se puede pasar a solucionarlo. Hay muchos remedios para curarlo, y algunos funcionarán mejor que otros, dependiendo de la situación y de cada quien.

  • Desahógate: llama a tus amistades de confianza y cuéntales todo. Luego agradéceles que estén allí para ti. Publica algo de forma anónima en internet. Exprésate de forma creativa (mira a Adele y a Taylor Swift, si no). No te lo guardes.

  • Come sano: el cliché dice que las mujeres tienen el deber moral de comer toneladas de comidas engordantes, siendo el helado y las galletitas dos clásicos. La tentación será grande, pero a la corta y a la larga te hará mal. Come platos sanos a horario, aunque sea unos bocados, y bebe agua en abundancia.

  • Ejercítate: ¿sientes eso? ¿Esas energías que te vienen del dolor de saber que no podrá ser jamás? ¿Eso que hace que quieras pegarle a alguien, o escribirle en el muro de Facebook de la empresa en la que trabaja? Toma todo eso y que trabaje para ti. No tiene por qué ser en un gimnasio: sal a correr, baila, camina a algún sitio (si es que el camino es seguro) al que siempre hayas ido en auto, etc.

  • Haz vida social: llama a alguna amiga o familiar con quien tengas una buena relación, y pasa unas horas en su compañía. El saber que hay gente que aún te aprecia te hará sentir mejor e impedirá que te hundas en la desesperación y la tristeza.

Qué alimentos comer

Sí, estimada persona, hay recetas y alimentos que, consumidos con moderación, te harán sentir mejor y aliviarán tu corazón. Entre los últimos están el chocolate oscuro (por su contenido de serotonina), plátanos (ídem), pan, cereales y leguminosas (energía y serotonina), frutos secos, frutas y verduras de colores (vitaminas), y pescados grasos (omega 3)

La receta definitiva para curar el mar de amores

Esta receta contiene muchos de los alimentos del punto anterior, por lo que te hará sentir mejor luego de comerla. O, al menos, te dará a probar una receta interesante.

  • Prende el horno a 180°.

  • Vierte ¼ taza de aderezo balsámico sobre 4 filetes de salmón, y deja que marine en la heladera por madia hora.

  • Mientras tanto, mezcla ¼ de taza de nueves variadas con ¼ de taza de cebolla picada fino, 2 cucharadas de cilantro fresco picado fino, un diente de ajo picado y una cucharadita de aceite de maní.

  • Coloca aceite de oliva sobre una asadera de horno, lo suficiente para poder aceitarla sin problemas, y coloca encima los filetes de pescado.

  • Cubre los filetes con la mezcla de nueces y hornea entre diez y quince minutos, o hasta que el pescado esté cocido al punto que te guste.

En este caso, se te permite acompañarlo con una copa de vino.

La vida seguirá

La vida no se corta en demostrarte, una y otra vez, que no eres quien protagoniza la película. Puede que nadie la protagonice, sino que sea una gigantesca obra coral. Quién te dice. El odiar por unos días es normal, el llorar y sentirse mal es normal, el querer irte a la cama y no querer salir, eso también es normal. Lo que no es normal es que ese sea tu estado por el resto de tu vida. Esto ha sido una experiencia y tú has subido algunos niveles. La aventura continúa.
 

Imagen de Laura Lauman
Autora del artículo