Enamorada de un casado ¿cómo afrontarlo?

Has encontrado al hombre que te hace sentir eso que hace que las canciones de amor tengan sentido. O quizás te has enamorado de forma más madura, y encuentras en él muchas de las cosas que quieres en una pareja, y defectos aceptables o negociables. El pequeño problema es que ese hombre ya está casado. Casi nada.

Alguien saldrá herido o lastimada

Desde el día uno en que te des cuenta que estás enamorada de un casado, debes entender esto. Los finales felices en estas situaciones son propios de la ficción, y tú vives en la realidad. Esto va a empeorar si hay hijos comunes, o si ella está embarazada. Correrán lágrimas, eso es seguro.

No se puede evitar, sí puedes decidir cómo actuar

El amor es algo que no se puede controlar. No tienes la culpa de sentirte como lo haces, pero sí puedes intentar actuar de determinada manera. Busca ayuda profesional si quieres, ya que tienen experiencia con esta clase de casos, o háblalo con alguien de tu confianza. Intenta tener el menor contacto posible con él, y piensa en sus defectos. Lo que sea, menos avanzar hacia una relación clandestina.

Los amoríos están condenados desde el principio

Si piensas que una aventura con él funcionará, tengo malas noticias. De los hombres que han admitido tener un amorío, sólo uno entre diez dejan a su esposa y se van con la amante. Además, estas aventuras duran, a lo sumo, un año. Incluso si siguen juntos después, no podrás olvidar que ya dejó a una mujer por otra, y ese comportamiento podría repetirse contigo.

Los hombres tienen aventuras por sexo

Suponiendo que ya están en una aventura, sólo te querrá por tanto tiempo como esté satisfecho sexualmente. Si bien muchos hombres desean también contención emocional, su principal motivo para engañar a sus esposas es por el sexo. Cuando dejes de ser una presa interesante, terminarán con la aventura (por lo general, en menos de un año) y te dejarán atrás.

Sí así y todo tienes una aventura, ponle un límite

A menos que intentes pasar décadas como “la otra”, si al final decides seguir adelante y tener un amorío, ponle un límite de tiempo, y respétalo. Te dirá que ya no tienen sexo y que siguen juntos por los hijos, o que su esposa es una loca y ya se van a separar, y lo repetirá por años. Si realmente están en un matrimonio en tan mal estado, y no quieres ser su amante eterna o la perpetua tercera en discordia, dile que podrán tener algo una vez esté divorciado, nunca antes. Remarca que es para evitar problemas en el futuro en su relación, y que no quieres entrometerte en un matrimonio que, deteriorado o no, sigue siendo matrimonio.

Su esposa (o esposo) siempre irán primero

Ya sea que esté casado con una mujer o con otro hombre, ten en cuenta que siempre su pareja irá primero. Si es homosexual, será inútil todo lo que intentes. Si es bisexual, o si tiene de esposa a un mujer, tú serás un accesorio, algo descartable o reemplazable. O un tropezón que pensó que funcionaría y resultó un error.

Si quieres superarlo, haz limpieza de primavera

En estos casos, lo mejor que puedes hacer es olvidarte de él. Como si fuese un exnovio del que no te quieres acordar, empieza por tus espacios: toma todo lo que te recuerde a él y deshazte de eso tan pronto puedas. Véndelo, dónalo, regálalo, lo que sea para no volver a ver esos objetos.

Corta toda comunicación con él

Si de verdad quieres evitar una historia que llevará al desastre, intenta hablar con él lo menos posible. Responde con monosílabos sus saludos, bloquéalo en tus redes sociales, limítate a las conversaciones indispensables si trabajan en el mismo sitio, o evítalo por completo si te es posible sin dañar tu trabajo o estudios. Lo mejor es hacerlo todo de golpe y a la vez, pero si no eres capaz, hazlo por pasos, siempre avanzando.

Si la tendencia se repite, busca ayuda

Hay mujeres que sólo quieren a la pareja de otras mujeres (o de otros hombres, si el matrimonio igualitario es legal en donde vives). Ese mismo hombre se vuelve insulso tan pronto como queda libre, sea por divorcio, muerte de la esposa u otros motivos. Esto puede ser un síntoma de algo más grave. Busca ayuda profesional e intenta trabajar en lo que lo esté causando.

Imagen de Laura Lauman
Autora del artículo