Por qué a las mujeres les gustan los chicos malos

Siempre dicen que buscan un hombre bueno, comprensivo y sensible, que las entienda y se preocupe de ellas. Pero a la hora de la verdad terminan yéndose con el malote de turno que no cumple para nada con esa definición.

Si ya es difícil entender a las mujeres, todavía lo es más cuando se trata de averiguar sus motivaciones para hacer justamente lo contrario de lo que proclaman. ¿Incomprensible? Tal vez, pero bajo su punto de vista hay una serie de razones que las llevan a elegir a este tipo de hombres.

La confianza que transmiten les resulta irresistible

Pocas cosas hay que atraigan más a una mujer que un hombre seguro de sí mismo. Los chicos malos juegan con sus propias reglas, y les trae al pairo lo que la sociedad piense sobre ellos o cómo los juzgue. Esta confianza en sí mismos resulta hipnótica e irresistible para las mujeres.

Se sienten protegidas

precisamente por esa confianza que proyectan, las mujeres tienen la sensación de que nada malo les puede ocurrir, y por tanto, estar junto a ellos es sentirse protegida. No necesariamente una mujer ha de tener un carácter sumiso para valorar esta protección, es algo que va en los genes del sexo femenino. La protección del macho era, en tiempos ancestrales, sinónimo de supervivencia, y las hembras se disputaban a los que podían proporcionarles sustento y seguridad.

Suponen un reto para ellas

Las mujeres se cansan muy rápido de lo fácil. Por tanto un hombre complaciente y que les diga que sí a todo perderá todo su atractivo en un plazo muy corto de tiempo. Los chicos malos son rebeldes, y no se pliegan fácilmente a los deseos de nadie. Por eso este tipo de hombre las mantiene permanentemente motivadas, ya que nunca tienen la sensación de que está bajo su control.

Les atrae lo prohibido

La mala fama de estos chicos les precede. Así que, en cierto modo, saben que todo el mundo las censurará si deciden irse con ellos. Son, por tanto, el fruto prohibido, el trofeo que todo el mundo quisiera poseer pero que trae consigo una catarata de críticas. Algunas mujeres no pueden sustraerse al encanto de romper con las reglas y caen rendidas a sus pies, aun sabiendo que más tarde lo lamentarán.

Son masculinos y misteriosos

el chico malo nunca tiene una sonrisa franca y abierta, ni su mirada resulta reveladora. Suponen en cierto modo un enigma y ellas no pueden resistirse a la curiosidad de saber qué los ha hecho como son. Además, su apariencia es siempre ruda y masculina, lo que todavía despierta más la parte animal de la mujer.

Les parecen más divertidos y excitantes

Las mujeres identifican al chico malo con todo un carrusel de sensaciones: pasión, aventura, dificultad…Esto hace que resulten totalmente imprevisibles y que, por tanto, estar junto a ellas les produzca una sensación excitante. Los chicos buenos son, en opinión de ellas, sosos y aburridos, ya que siempre están dispuestos a complacer y, por tanto, siempre saben lo que pueden esperar de ellos.

No pueden resistirse a la idea de rehabilitarlos

Que ese chico malo e indomable termine comiendo de su mano es una idea demasiado estimulante como para que ninguna mujer pueda resistirse a ella. Supone una victoria absoluta, la confirmación de que ella está por encima de otras que lo intentaron y fracasaron. Que la posibilidad de que esto ocurra sea tan remota que ni siquiera merezca la pena considerarla no las frena. Mientras el mundo exista seguirá habiendo chicas con el corazón destrozado por haber caído en esta trampa.

Como puedes comprobar, poco importa que el resultado de esta atracción casi nunca termine bien para ellas. La realidad es que los sentimientos, la atracción y los impulsos son los que mandan en el terreno sentimental, y de nada sirve que cientos de mujeres salgan malparadas de su relación con esos chicos. Ellas siempre seguirán intentando redimir al rebelde o vivir al límite junto al chico peligroso.