Qué significa tener "cara de póquer"

Bastante antes que Lady Gaga hiciera (más) popular el término con su canción, el tener “cara de póker (o póquer)” es una expresión que debes de haber oído antes. Además de ser una de las cartas de la baraja, tiene otros significados, fuera del ámbito de los juegos de cartas.

Significa tener una cara inexpresiva

Cuando se dice que alguien tiene “cara de póker” lo que se quiere decir es que no se sabe lo que está pensando, o lo que quiere hacer, con mirarle el rostro. Su cara no transmite nada, ni intenciones ni los pensamientos que pasan por su cabeza.

El término viene del juego de cartas

El término no es exclusivo del juego de póker, pero se lo relaciona por tener el mismo nombre. En estos juegos, es muy importante mantener una expresión controlada, para no dar pistas sobre qué mano se tiene. De esta manera, no se pierden ventajas, ni se les da información al resto de la mesa, que bien puede ser una donde se apueste dinero.

Es muy útil en las negociaciones

Supongamos que estás en una negociación con alguien que no te agrada. Supongamos que sabes que tu gusto o disgusto de esa persona no es tan importante como que la negociación salga bien. El usar la cara de póker no sólo permite que esa otra persona vea que te disgusta (por lo que no puede usarlo contra ti), sino que puede ayudarte a mantener la serenidad y la calma.

Puede servir si no quieres que la gente se te acerque

Una persona con car de póker no es la primera elección que hace la gente cuando quiere acercarse a alguien, aunque sea para una charla insustancial. Pocas personas tendrán el coraje de hacerlo, a menos que seas tú quien inicie la conversación. Esto puede ser algo deseado para gente introvertida, por ejemplo.

Se puede aprender a tener “cara de póker”…

La parte del rostro es fácil: basta con practicar frente a un espejo hasta que salga. Para que sea algo más que una máscara de papel, se puede escuchar a las personas que están hablando, tomando notas de tanto en tanto. Evita cruzar los brazos, o apoyarte en los codos, o dejar de mirar a quien habla. Cuando hables, mantén el tono de voz bajo y regular, y utiliza oraciones positivas (“es un punto de vista/forma de hacer X interesante”) en vez de ir a la confrontación directa.

y hay personas que la tienen de nacimiento

Con cara de póker se nace, también. Hay personas que tienen la expresión neutral en su rostro por defecto, lo cual puede hacer que las personas a su alrededor le pregunten si es infeliz, por ejemplo. Les juzgan, de forma errónea, como frías y desapasionadas, y cuando hablan o dan instrucciones parece que están dictando una sentencia en vez de, simplemente, estar dando instrucciones.

Es percibido de distintas maneras por mujeres y por hombres

Cuando un hombre tiene cara de póker, las mujeres lo ven con malestar. El no percibir nada en el rostro (en especial de un varón) es leído por las mujeres como un comportamiento de castigo, de reprimenda o de retroalimentación negativa. Algunos varones lo saben, y disfrutan de ver cómo incomoda a las mujeres con las que trabaja, negocia o interactúa de forma más o menos regular. Les hace sentir que tienen el control, el poder sobre la mujer frente a él, lo cual alimenta de forma malsana su ego.

No es un término antiguo

El póker no es un juego tan antiguo como se podría llegar a pensar. De origen disputado (persa, alemán, francés, etc.) en 1829, el actor Joseph Crowell describió el juego tal y como se lo conoce hoy. De allí que el término “cara de póker” tenga menos de dos siglos de existencia.

No se limita sólo al rostro

Si bien sólo se habla de la cara, alguien que tenga una buena cara de póker no se limita al rostro. Puede llevarse a las palabras, al lenguaje corporal, y hasta a omitir ciertos detalles, sin llegar a mentir.

No significa que se están burlando de ti

Hay personas que tienen cara de póker la mayoría del tiempo. Aunque les cuentes el chiste más gracioso que hayan oído en su vida, mantendrán la misma cara mientras el resto se ríe. Puede que alguno que otro se esté burlando de ti, pero por regla general no lo hacen. A veces comprenden que no puedes leer lo que sienten y te dicen que eso fue gracioso, por ejemplo.
 

Imagen de Laura Lauman
Autora del artículo