Apodos cariñosos para una mujer

Esta es la clase de cosas que surgen con el tiempo, de forma natural, en una pareja.

Los apodos (también conocidos como motes o sobrenombres) entre personas son muy personales, no sólo porque no todos tienen permiso para usarlos, sino por su significado, en más de un sentido. Forman parte del léxico entre dos o más personas, que muestran que son parte de un grupo donde no todos pueden entrar o quedarse. Es por eso que lo mejor que puedes hacer es darle a tu novia un apodo que a ella le guste, basándose en lo que le atrae, lo que es y lo que desea ser.

Mientras tanto, puedes intentar utilizar algunos de los siguientes:

  • Clásicos: esos que casi siempre son un acierto. Querida, bonita, luz de mis ojos, bebé, princesa, linda, dulce, cielo, estrellita, mi Sol y mi Luna, bombón, pastelito, bobita, cariño, tesoro, mi amor, mi vida, mi reina, preciosa, corazón, muñeca, dulzura, ángel, angelito, bella, luz de mi vida, conejita, etc.

  • Relacionados con su aspecto físico: para destacar aspectos positivos. Rubiecita, ricitos de oro, cabellos de noche, melena de fuego, copo de nieve, ojos bonitos, ojos de cielo, chaparrita, flaquita, gordita, muñeca de porcelana, etc.

  • Relacionados con su forma de ser: igual al punto anterior, pero relacionados con su personalidad. Mi peleona, mi chica fuerte, chica lista, leona, gatita, etc.

  • Relacionados con sus aspiraciones: para darle más ánimos en ir a por eso que tanto desea obtener. Futura (aquí lo que ella desee ser), aprendiz de (lo que ella desee ser), el nombre de alguien en su campo que ella admire, etc.

  • Relacionados con sus gustos: para darle la misma sensación que cuando hace eso que le gusta. Recorrecaminos, cabeza de letras, ojos de película, costurera del reino, bella voz de la radio, etc.

  • Sofisticado: nivel avanzado, sólo adecuado si sabes de lo que hablas. Si a ella le gusta alguna cultura o idioma, puedes buscar una palabra relacionada y llamarla así. Si deseas hacerlo más personal, pregúntale a ella sobre la palabra en cuestión y agradécele cuando te diga su significado.

Puede que a tu novia le agrade más alguno de estos apodos que otros. Si ves que le dices alguno de esta lista y ella se muestra molesta, no lo vuelvas a usar. Quizás le traiga recuerdos desagradables o piense que estás intentando poner en evidencia algunas de sus cualidades que menos le gustan. Lo mejor que puedes hacer es buscarle un apodo personalizado, relacionado con su forma de ser, sus gustos, etc.

Cuando elijas un apodo para tu novia, recuerda esto:

El objetivo es demostrar afecto. Si le dices “gorda”, y ella está acomplejada por su peso, no es un apodo cariñoso, sino una agresión. Quizás lo digas con buena intención, pero ella lo sentirá como si la estuvieses insultando, y los insultos no son buena señal en una relación.

Destaca eso que más le gusta de ella. De esta forma, le dices que eso que tanto le agrada también te atrae a ti. Le recordarás uno de sus aspectos positivos y le darás más motivos para continuar mejorándose. Ya sea algo físico, intelectual, psicológico o de cualquier otra índole, vale.

Úsalo en los ambientes adecuados. Cuando una pareja es fuerte, se crean palabras en clave para decirse cosas sin que personas externas lo entiendan del todo. Ten en cuenta que hay un momento y un lugar para todo: no utilices apodos cariñosos en su lugar de trabajo, por ejemplo, o en ambientes donde desee mostrar seriedad y profesionalismo.

Cada mujer es distinta. Si has tenido más de una novia, debes saber que las personas son distintas unas de otras, por más que tengan objetivos muy similares. Si llamaban de una forma a tu ex, no utilices ese mismo apodo con tu actual novia, ya que podrías llegar a cometer un acto fallido, lo cual podría causar un mal rato para ambos.

Ella también usará apodos contigo. Tarde o temprano te pondrá un apodo, y las reglas para eso son las mismas que las del apodo de ella. Si no te sientes a gusto con el apodo que ella te ha puesto, díselo y explícale los motivos. Tarde o temprano comprenderá que no te agrada el que te ha puesto, y lo cambiará.

Imagen de Laura Lauman
Autora del artículo